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Sánchez dice que Argelia no cortará el gas a España pero ya lo ha reducido a la mitad en mayo

Este mes de mayo, España sólo ha comprado 9.094 GWh de gas a Argelia, la mitad de los más de 18.000 GWh adquiridos un año antes por las mismas fechas.

Este mes de mayo, España sólo ha comprado 9.094 GWh de gas a Argelia, la mitad de los más de 18.000 GWh adquiridos un año antes por las mismas fechas.
Pedro Sánchez en una visita a Argelia en 2020 | Europa Press

Pedro Sánchez ha lanzado a todo su equipo gubernamental a asegurar que Argelia no cortará el gas a España tras el enfrentamiento generado entre ambos países por su decisión personal de entregar el Sáhara a Marruecos. Pero Sánchez oculta un hecho decisivo que ha sido certificado por los registros oficiales de suministro de gas de España y del que él tiene pleno conocimiento: en mayo, la compra de gas a Argelia ya ha sido recortada literalmente a la mitad de la efectuada el mismo mes de 2021. Traducido: Argelia ya ha dejado sin la mitad de todo el gas que enviaba tradicionalmente a España. Los datos son tozudos. Y sensiblemente más certeros y fiables que las palabras de Pedro Sánchez.

El Gobierno, encabezado por el presidente, ha salido en bloque a afirmar con una difícilmente garantizable rotundidad que Argelia no se atreverá a cortar el gas a España. Los datos del gestor técnico del gas español no permiten una rotundidad similar. Más bien, todo lo contrario. El último informe de suministros de gas, al que ha tenido acceso Libertad Digital, muestra que el mes de mayo, el gas comprado a Argelia fue ya recortado a la mitad con respecto al mismo periodo de 2021.

Los datos son los siguientes. El gas no licuado importado desde Argelia en mayo de 2021 fue de 15.635 GWh. Y el gas natural licuado comprado y transportado por medio de metaneros se situó en 2.488 GWh. Resultado final: 18.123 GWh de gas importado de Argelia.

Hay que recordar que en octubre del pasado año, Argelia decidió ya cerrar el mayor de los dos gasoductos que unen ese país con España. En aquel momento, Pedro Sánchez lanzó otra de sus promesas: que no habría reducción del envío de gas natural porque su Gobierno había obtenido garantías de un pleno suministro. Las obras necesarias para adecuar el tubo que permanecía abierto nunca llegaron por parte de Argelia.

El mes de mayo de 2022 —justo antes de la ruptura por Argelia del tratado de amistad con España y del corte de relaciones comerciales—, el país suministrador ya había segado a la mitad el envío de gas con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Este mes de mayo España sólo ha comprado 7.003 GWh de gas natural no licuado y 2.091 de licuado por medio de metanero. Resultado: 9.094 GWh, literalmente la mitad de los más de 18.000 GWh adquiridos un año antes por las mismas fechas. Incluso el dato de compras en porcentaje del total confirma este mismo recorte previo de Argelia. En 2021 el gas argelino supuso el 42,7% del total. Y ahora es de sólo el 24,8%.

Por si fuera poco, y como ya ha publicado Libertad Digital, Bruselas trasladó la advertencia a España a comienzos de este mismo mayo de 2022 de la tensa relación con Argelia. De hecho, Bruselas impulsó la recomposición del esquema de importación del gas argelino por medio de Italia. Eso sí, mientras, Sánchez hacía como que no se enteraba del aviso. Ahora, Argelia rompe el tratado de amistad con España y nuestro país pierde el predominio de la distribución de este gas. Pero la UE ha reconfigurado su aprovisionamiento. Y Sánchez sigue asegurando que no había ningún indicio de que el corte de relaciones podía llegar de un momento a otro.

Pedro Sánchez se mostraba este pasado miércoles sorprendido por la decisión de Argelia de romper el tratado de amistad con España. Fuentes oficiales aseguran que no se trasladó formalmente ningún aviso por parte de Argelia. Y es cierto que no ha habido un mensaje directo, pero, precisamente, porque la vía empleada demostraba la gravedad de la situación: el mensaje se remitió desde Argelia a Bruselas y alertó de "graves consecuencias" por la entrega del Sáhara a Marruecos.

Y el propio corte del envío de gas a España en mayo ya debería haber prevenido al Gobierno de Sánchez de que lo peor podía llegar de un momento a otro.

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