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Un ingeniero madrileño inventa los asientos a doble altura para revolucionar los viajes en avión

Tras el éxito de sus asientos ‘Chaise Longue’, el inventor busca ahora el apoyo de inversores en España y la aprobación de las agencias reguladoras.

Tras el éxito de sus asientos ‘Chaise Longue’, el inventor busca ahora el apoyo de inversores en España y la aprobación de las agencias reguladoras.
El prototipo permite al pasajero elegir entre 3 tipos de asiento en 2 niveles distintos. | Chaise Longue Economy Seat

Imagine viajar en un vuelo transoceánico en clase turista, pudiendo estirar las piernas, reclinarse e incluso dormir con total comodidad. Y todo ello, sin pagar de más.

Este el ambicioso objetivo que se ha marcado un ingeniero madrileño, de tan solo 22 años de edad, con su proyecto de asientos de avión Chaise Longue Economy Seat.

Alejandro Núñez Vicente, natural de Madrid y graduado en ingeniería de diseño industrial en la Brunel University de Londres, se fue de intercambio a la Universidad Técnica de Delf, en Holanda. Y allí fue donde nació su idea revolucionaria: llenar la cabina de los aviones de asientos en dos niveles para así ganar espacio y confort para los pasajeros. "En Delf, tuve un profesor que era una eminencia dentro del sector de los interiores de aviones. Me propuso participar en el proyecto del avión del futuro "Flying V", y mi misión fue explorar cómo los pasajeros podían volar más cómodos sin perder capacidad dentro del avión", detalla Alejandro en una conversación con Libre Mercado.

El joven ingeniero destaca que logró crear un diseño totalmente compatible con los aviones que hay hoy en día volando, y terminó fundando su propia startup para hacer despegar el prototipo Chaise Longue Economy Seat. Nombre que hace referencia al tipo de asientos que pretende llevar al mercado, similares a un sofá tipo diván o chaise longue, en los que se pueden estirar las piernas.

Fue entonces cuando, con la ayuda de diversos inversores y sponsors, consiguió crear una maqueta realista de su diseño y exponerla en la mayor feria de interiores de aviones del mundo, la Aircraft Interiors Expo de Hamburgo. "Era la primera vez que se revelaba un prototipo así al público, y ha sido un éxito. Más del 95% de las personas que lo han probado están encantadas y dicen que ojalá se vuele así en el futuro", destaca entusiasmado el diseñador.

De hecho, el ingeniero se enorgullece de que su estand fue visitado por casi todas las aerolíneas y fabricantes, y que muchas de ellas catalogaron el proyecto como el mejor de la feria. "Todavía queda mucho desarrollo, pero ya tenemos a muchas empresas interesadas, y estamos abiertos a recibir cualquier tipo de oferta", añade.

¿Claustrofobia?

El inventor, que ofrece a quien lo desee acceder a la web donde puede visitarse el proyecto virtualmente, sale al paso de quienes consideran que su diseño de asientos no es apto para personas claustrofóbicas: "Muchas fotos que se han publicado ofrecen una percepción engañosa sobre la comodidad del asiento trasero", señala.

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Al respecto, indica que este asiento da mucho más espacio para las piernas, mientras que la distancia entre la cabeza y el siguiente pasajero es la misma que la que habría en un asiento en clase económica de hoy en día. "Lo que sí que es cierto es que se pierde perímetro visual al tener otro asiento encima. Pero, en un vuelo largo, lo que quieren los pasajeros es dormir. ¿De qué te sirve tener mucha amplitud visual si no puedes dormir por una mala postura?", razona el joven inventor.

Asimismo, niega que su objetivo sea conseguir espacio extra para que las aerolíneas coloquen más asientos, sino expandir el tamaño de los mismos para que ese espacio redunde en mayor bienestar para los pasajeros. En este sentido, reconoce que, hoy en día, "el confort dentro de los aviones es bastante penoso, especialmente en los viajes largos".

Al mismo tiempo, explica que su objetivo es que los pasajeros elijan qué experiencia quieren tener: "pueden sentarse como hoy en día, pero también pueden optar por colocarse en el piso más alto y reclinarse sin que nadie se le recline encima; o bien, sentarse en el piso de abajo y estirar completamente las piernas bajo el pasajero que lleva sentado sobre él", detalla el ingeniero.

Inversión internacional, pero falla en España

Los primeros pasos para la implantación del proyecto de Alejandro sea una realidad ya están dados. De hecho, en estos momentos, su prototipo se encuentra expuesto en un showroom privado situado junto al Aeropuerto de Barajas. A él, se están acercando numerosos fabricantes de aviones, aerolíneas, fabricantes de piezas y proveedores interesados por el proyecto.

Aunque Chaise Longue Economy Seat ya cuenta con un apoyo importante. En primer lugar, el joven español destaca haber conseguido rápidamente inversores de Emiratos Árabes y Estados Unidos, así como dos sponsors, "empresas que nos ayudan con el proyecto y a lograr el impacto que estamos consiguiendo". Estas son AIRE (Aircraft Interior Refurbishment España) y 3DSeatMap VR.

Sin embargo, no oculta que, pese al éxito internacional, su principal objetivo es crecer en territorio nacional: "Lo que falla es la innovación dentro de España. Aquí he conocido a gente muy válida, a los que habría que apoyar", sostiene. Y se lanza con un contundente mensaje: "La marca España se ha fomentado mucho en el deporte, y me gusta mucho. Pero España es mucho más que deporte y turismo, es también gente que piensa y que vale mucho", sentencia.

De hecho, el inventor reconoce que en su startup intentan que se vea la bandera española en todo lo que hacen. "Me llena de orgullo cuando en las noticias veo ingeniero español, diseñador español, porque estás poniendo al país en el mapa. Quiero que entre todos saquemos adelante al país y que se posicione donde debe estar".

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Las regulaciones, último paso

El joven diseñador explica a Libre Mercado que el siguiente paso por delante es el de adaptarse a las regulaciones, lo que considera puede ser lo más difícil. En este sentido, explica que nunca ha habido regulación para asientos de doble altura, esencialmente, porque hasta ahora no existían.

"Uno de los ángulos que estamos trabajando es conseguir la aprobación de las agencias europea y estadounidense, con las que ya tenemos contacto, así como la agencia internacional IATA", explica.

Aún así, el ingeniero cree que la innovación va siempre por delante de la legislación: "Si no se innova, las regulaciones no se van a cambiar". Al respecto, sostiene que se debe ir a la vanguardia de la legislación, intentando traer ideas nuevas, aunque todavía no estén admitidas.

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