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Mikel Buesa

Un calcetín rebosante de dinero

Que los españoles no nos fiamos lo más mínimo por lo que pueda pasar es una evidencia que se refleja en el calcetín rebosante de dinero que ya no guardamos en casa sino en el banco.

Que los españoles no nos fiamos lo más mínimo por lo que pueda pasar es una evidencia que se refleja en el calcetín rebosante de dinero que ya no guardamos en casa sino en el banco.
Nadia Calviño. | EFE

Que los españoles no nos fiamos lo más mínimo por lo que pueda pasar es una evidencia que se refleja en el calcetín rebosante de dinero que ya no guardamos en casa sino en el banco porque para algo nos hemos ido modernizando. Que el calcetín y la cuenta corriente son una misma cosa lo demuestra el hecho de que ninguno de los dos rinde intereses; y también que están, llenos de liquidez, a disposición de las contingencias que pudieran sobrevenir. El Banco de España nos ha informado esta semana de que en mayo los depósitos de particulares habían alcanzado la cifra récord de 984.800 millones de euros; o sea, un 6,06% más que hace un año. Por cierto, que estas cifras señalan lo equivocados que estaban en Alcalá 48, donde ese banco tiene su sede, cuando escribían en sus informes que existía un consumo embalsado como consecuencia del covid y que eso era una cosa transitoria, de manera que el ahorro forzoso que implicaba iba a dejar de serlo para impulsar muy pronto la demanda y, con ella, el PIB. Nada de eso ha pasado, como vemos, y ahí está el calcetín para demostrarlo. Y también la Contabilidad Nacional que elabora el INE, donde se pone negro sobre blanco que la recuperación de nuestra economía es renqueante y va para largo.

Una que también se creía esas martingalas y cuya fe no ha experimentado la menor variación es la ministra Nadia Calviño. Para ella el calcetín no cuenta, tal vez porque esté pensando cómo arrebatárnoslo con algún impuesto para, de ese modo, defender lo público. Ya se sabe que para estos izquierdistas multi-identitarios lo público tiene todas las virtudes, mientras que lo privado no va a ninguna parte. Y como el calcetín no cuenta es incapaz de ver que toda su política económica nos conduce inevitablemente al fracaso. Lo acaba también de mostrar el INE publicando la tasa interanual de inflación del mes de junio, que se ha subido por las ramas hasta el 10,2%. Claro que para Calviño eso no es así porque, según dice, con las medidas que tomó el Gobierno hace tres meses se ha logrado restar 3,5 puntos porcentuales a los precios. Y así va por la vida; tan contenta con sus fantasiosas elucubraciones económicas –porque, digámoslo claramente, ese 3,5% es un invento que no avala ningún análisis económico–.

Que Calviño, al parecer, no tenga calcetín enardece su optimismo. O tal vez no sea así porque, como en todo, se adivina la trampa. Una trampa que consiste en utilizar el método Tezanos para el ramo de la estadística económica y, así, poder manipular los datos a su gusto. Ya ha logrado que se vaya el presidente del INE, un catedrático de Econometría que exhibe sus publicaciones internacionales en el Google Académico y que, muy probablemente, le da sopas con honda a la ministra de Economía. Y lo que vendrá ahora es que se presentará en ese organismo –me refiero a la Calviño– para preguntar a los funcionarios "¿quién está conmigo?" y nombrar después a varios comisarios políticos. ¡Qué país!

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