La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) ha dado la voz de alarma después de que se haya puesto fin a la moratoria concursal durante el mes de junio. Desde el 1 de julio, los empresarios que tengan un negocio en estado de insolvencia podrán pedir la declaración formal de concurso de acreedores. Al mismo tiempo, estos acreedores, tras dos años de moratoria por la pandemia, podrán solicitar el pago de sus deudas. Una situación que hará que en el próximo mes de septiembre se produzca un fuerte auge de presentación de estos procedimientos, debido a que se necesitan dos meses para la presentación voluntaria del concurso, a que agosto es un mes inhábil en los juzgados de lo Mercantil y a la falta de claridad con la nueva normativa.
Es decir, que todas las compañías que ya arrastrasen problemas financieros y se vean obligadas a entrar en concurso de acreedores lo podrán hacer efectivo desde este mes de julio, pero otras puede que esperen a septiembre debido "al hecho de que la nueva Ley Concursal se encuentra todavía en tramitación parlamentaria, por lo que algunas empresas esperarán antes de presentar su expediente por si les beneficia la nueva norma", advierten en CEPYME. Así, CEPYME anticipa un posible colapso de los recursos en los juzgados de lo Mercantil después del verano, lo que tendría un importantísimo coste económico para las empresas.
En cuanto a la nueva normativa, desde la organización esperan que la nueva ley beneficie a la mayoría de las pymes en el medio plazo, pero no a las microempresas que se encuentran en estos momentos en riesgo de insolvencia. La mayoría de estas se acogerán al procedimiento abreviado de concurso de acreedores debido a que una gran parte ha agotado su patrimonio durante la pandemia.
Cabe señalar que la moratoria concursal se puso en marcha para dar un alivio a las empresas que afrontaban dificultades económicas durante la pandemia e intentar mejorar su situación antes de que tuvieran que llegar al concurso de acreedores. Sin embargo, en los últimos meses el número de concursos ha seguido aumentando. En mayo, repuntaron un 5,3% en términos interanuales, según datos del Colegio de Registradores. Pero, lo peor podría llegar en el mes de septiembre, aunque desde CEPYME no han querido dar una estimación de cuantos concursos podrán presentarse.
"La falta de liquidez de las pymes se debe, en parte, al menor volumen de ayudas directas que han recibido las empresas en España durante la pandemia en comparación con el resto de los países europeos. La morosidad además se ha disparado desde 2020 debido también a la pérdida de liquidez. La deuda comercial con retraso de pago se incrementó un 17,3% en el tercer trimestre de 2021, situándose cerca de los 280.000 millones de euros. Muchas de estas empresas ahora podrán iniciar un concurso como acreedoras de empresas deudoras", agregan.