La respetuosa reverencia y el escalofrío del tempus fugit son posiblemente los dos sentimientos más habituales al cruzarse con un coche fúnebre, seguidos de una duda: ¿Por qué todos los vehículos funerarios son de alta gama y, por lo general, Mercedes?
El hecho de que el último viaje de un fallecido sea a bordo de un vehículo de lujo es una tradición histórica. Las antiguas carrozas fúnebres de caballos se decoraban en función de los ingresos y el estatus del difunto: si pertenecía a la burguesía o a la aristocracia, los caballos se adornaban con plumas de avestruz. Cuantas más plumas, más parné.
También se debe a una cuestión de marketing. Las funerarias no suelen publicitarse, por lo que el coche funerario es la muestra más visible de su marca. Una de las empresas que mejor ha aplicado esta estrategia es la australiana White Lady Funeral, operada únicamente por mujeres y totalmente reconocible por su flota de vehículos blancos.
Y el tercer motivo es técnico. A día de hoy, la mayoría de coches funerarios son de marcas como Mercedes, Jaguar, Cadillac, Lincoln, Volvo, Dodge o Chrysler. Ninguna de esas empresas vende directamente los vehículos funerarios por motivos de imagen, por lo que hay que recurrir a talleres especializados que se encargan de adaptar los modelos.
Una de las empresas de carrozado de coches fúnebres más destacadas de España es Bergadana. Cada año, de media, transforman un centenar de vehículos funerarios, presentes en Europa, América Latina y el norte de África, según datos de la propia empresa. Sus expertos han explicado en Libre Mercado el proceso de tuneado de un coche fúnebre.
¿Por qué los coches funerarios son Mercedes?
Los coches funerarios son vehículos con un chasis especialmente largo para transportar el féretro y las coronas de flores. Sin embargo, "no se trata de que el vehículo a carrozar sea más grande o más pequeño, lo importante es que tenga el peso carrozable necesario para poderlo transformar", explican.
Además, es necesario el apoyo y consentimiento de la marca: "Mercedes Benz es la única que nos dado apoyo técnico para poder realizar los carrozados y mantener la garantía del vehículo original. A través del código carrocero, con el cual se nos entregan estos vehículos, podemos reprogramarlos totalmente una vez realizada la transformación". Por ese motivo, prácticamente todos los coches fúnebres son de la marca alemana, con la excepción del eléctrico Leaf de Nissan con el que Bergadana mantiene las mismas condiciones, señalan.
El proceso de carrozado está estandarizado con ocho modelos disponibles que se pueden configurar en cuanto a colores, acabados y accesorios. La mayor parte de los coches funerarios que se venden siguen siendo de color negro porque representa el luto y la elegancia. Pero algunas marcas ya están apostando por colores corporativos como el gris, los metalizados o incluso opciones mucho menos tradicionales.
"A lo largo de nuestra trayectoria, las demandas y tipos de transformación de fúnebre han sido muy diversas: desde fúnebres 4x4 para zonas rurales, restauración de fúnebres antiguos o colores poco convencionales para un fúnebre".
¿Cuánto cuesta un coche fúnebre?
El coste depende de cada modelo y sus complementos y puede ir desde los 70.000 euros hasta 100.000 euros. Aunque por supuesto existen modelos mucho más caros, como los Tesla funerarios que ya se ven en algunos cementerios de EEUU y cuyo precio inicial (carrozado básico) ronda los 160.000 euros.
Con respecto a los coches fúnebres eléctricos, desde Bergadana señalan que "muchas empresas del sector han apostado por la movilidad 100% eléctrica" debido a "las nuevas medidas medioambientales y de contaminación" que "han propiciado que muchas funerarias anticipen su renovación de flota por vehículos eléctricos".