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Temor en la industria española al corralito energético de Bruselas

Bruselas podría declarar la "alerta" energética e impedir a empresas (públicas o privadas) usar libremente el gas en los próximos meses.

Bruselas podría declarar la "alerta" energética e impedir a empresas (públicas o privadas) usar libremente el gas en los próximos meses.
Una fábrica en Barcelona | Alamy

Nerviosismo entre las grandes empresas españolas ante la especie de corralito energético que prepara Bruselas con el objetivo de reducir el consumo de gas ruso en plena crisis de abastecimiento. La Comisión Europea ha bautizado esta iniciativa como Save gas for a safe winter y ha presentado los detalles este miércoles.

Bruselas quiere que los países de la UE recorten un 15% el consumo de gas de forma voluntaria desde el próximo 1 de agosto hasta el 31 de marzo. Sin embargo, en el caso de que decidan declarar una "alerta sobre la seguridad del suministro" en el Viejo Continente, la Comisión Europea podrá "imponer" a los estados "una reducción obligatoria" del uso de esta materia prima. "La alerta puede activarse cuando existe un riesgo sustancial de una grave escasez de gas o una demanda de gas excepcionalmente alta" explica la CE. Este escenario podría llegar si Putin decide cortar el suministro de gas ruso a Europa definitivamente, por ejemplo.

El Ejecutivo comunitario pretende dejar fuera de estos cortes forzosos a los hogares europeos, a los hospitales y a algunas industrias consideradas críticas, por lo que todo apunta a que serían las empresas (públicas o privadas) las principales damnificadas por un corralito energético que les podría impedir usar libremente el gas en los próximos meses.

"Sería un suicidio"

Es por esta razón que las grandes empresas industriales españolas ya han dado la voz de alarma sobre las posibles consecuencias que tendría la implantación de esta medida extraordinaria en el territorio nacional. Y, después de que se filtrara el borrador de la medida, se lo hicieron saber ayer martes a la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a través de una carta en nombre de la Alianza por la Competitividad.

Esta asociación reúne a las patronales de los principales sectores del país, desde Anfac (automoción) a Aspapel (papel) pasando por Feique (química y farmacia) o Unesid (siderurgia). Todas ellas solicitan a Ribera que "se oponga frontalmente" a la nueva medida de la Comisión Europea "consistente en un sistema de alerta que obligaría a los Estados miembros a reducir su consumo de gas en unos porcentajes preestablecidos" y "un mecanismo se activaría unilateralmente por la Comisión o por petición de dos Estados miembros".

Fuentes de la gran industria aseguran a Libre Mercado que "sería un suicidio que los políticos nos cierren el negocio impidiéndonos usar el gas que poseemos para vendérselo, por ejemplo, a las fábricas de Francia y cuando todavía no nos hemos recuperado de una de las crisis más graves de nuestra historia. Sería pegarnos un tiro en el pie".

Desde el pasado año, muchas de estas compañías se han visto obligadas a parar su producción ante la escalada de los precios de la energía y durante los picos de luz y gas más caros. Ahora, si el Gobierno llegara a cortarles el suministro por mandato de Bruselas, el golpe a su competitividad sería demoledor. Estas son las razones que le han dado a Ribera para justificar sus temores

  • "No tiene sentido imponer reducciones de consumo de gas en todos los países por igual, independientemente de su situación particular y de que el gas no consumido pueda o no ser exportado y consumido por otros países de la Unión".
  • "Forzar paradas industriales en países en los que no es necesario, agravará la escasez de productos esenciales en toda Europa y aumentará el impacto económico de la crisis, poniendo en riesgo el funcionamiento de toda la cadena de valor de la economía europea".
  • "Los consumidores de gas españoles, domésticos e industriales, vienen financiando desde hace años una gran inversión en infraestructuras de gas, precisamente para reducir el riesgo de dependencia de un solo país suministrador. Este incremento de costes lo hemos asumido para limitar nuestra exposición a cortes de suministro, siendo incoherente que se pueda decidir por parte de la propia Comisión Europea que paremos nuestras fábricas y se genere gratuitamente una caída de actividad y empleo".
  • "Una propuesta como la contemplada requiere escrutinio completo de las instituciones Comunitarias, no pudiendo escamotearse de su debate al Parlamento y Consejo europeos".

Ribera descarta cortes a la industria

Teresa Ribera ya ha reaccionado a la rueda de prensa que han dado la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y la comisaria de Energía, Kadri Simson, en la que han pedido "solidaridad" para ayudar a los países "más vulnerables" por los cortes de gas en una clara referencia a Alemania, uno de los países con mayor dependencia del gas ruso.

La ministra socialista ha asegurado que el Gobierno pretende elaborar un plan de recomendaciones para fomentar el ahorro de gas, pero que no baraja la hipótesis de restringirlo a "ningún tipo de consumidor". algunas de esas recomendaciones las lleva dando Ribera en los últimos días, como que los españoles hagan "un uso prudente" del aire acondicionado en plena ola de calor o que "jueguen con las persianas" para ahorrar energía.

Ribera ha afirmado que España será solidaria con el resto de Europa, "pero no a costa de los consumidores domésticos e industriales", que pagan "desde hace mucho una factura muy elevada" y "no se merecen restricciones ni racionamientos".

"Los estados miembros deben actualizar sus planes nacionales de emergencia a finales de septiembre para mostrar cómo pretenden cumplir el objetivo de reducción, y deben informar a la Comisión sobre el progreso cada dos meses" señala Bruselas, que pone el foco también en la calefacción y el aire acondicionado. Otro pilar importante del ahorro energético es la reducción de calefacción y refrigeración. "La Comisión insta a todos los Estados miembros a lanzar campañas de concienciación pública para promover la reducción de la calefacción y la refrigeración a gran escala" añaden.

Mientras tanto, el monopolio ruso de gas Gazprom sigue sin garantizar el suministro del gasoducto Nord Stream, que va directamente a Alemania, por las supuestas labores de mantenimiento y reparación de las instalaciones que están haciendo. Ursula von der Leyen señala que Gazprom no tiene "excusa" para que no retome el suministro de gas por Nord Stream porque la turbina que mandó reparar a Canadá está de vuelta y, en todo caso, "no es la única en el mundo" y debe tener alternativas.

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