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Los españoles pagan 6 millones al día a los consumidores franceses por culpa de la reforma eléctrica de Sánchez

El aumento de las exportaciones por el tope impuesto por Sánchez está suponiendo subvencionar el gas vendido a Francia.

El aumento de las exportaciones por el tope impuesto por Sánchez está suponiendo subvencionar el gas vendido a Francia.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, lanza la botella como madrina del acto de botadura de la plataforma flotante para molinos de viento realizada por la ingeniería Saitec y una filial de la eléctrica alemana RWE, junto a otras empresas. | EFE

Pedro Sánchez vendió la "excepción ibérica" como todo un logro. Y para alguien lo ha sido: para los consumidores franceses. Porque mientras los españoles cada día pagan más caro el recibo de la luz con el prodigioso invento de Sánchez, los franceses llevan días recibiendo seis millones de euros en subvenciones abonadas por sus queridos compatriotas. Todo un hito en la gestión del erario público y los sacrificios fiscales.

La cifra gastada en subvenciones a los franceses da vértigo: 147,3 millones hasta el pasado lunes. Y lo peor es que el pago a esos consumidores galos que no tienen los mismos problemas que los españoles va en aumento. Porque hasta el pasado viernes el volumen de dinero regalado con ventilador a nuestros vecinos se situaba en 126 millones de euros.

De ese modo, los últimos pagos a los franceses sitúan el regalo de unos españoles que no saben ya cómo abonar su propio recibo de la luz en nada menos que seis millones de euros al día. Y la media desde que empezó el gran sistema de regalo de dinero patentado por Sánchez en 3,7 millones de euros al día. Todo un mecanismo de ayuda para unas familias españolas que se enfrentan a una inflación de más del 10%.

La causa de semejante disparate, de hecho, se encuentra en el propio sistema de subvenciones diseñado por los expertos energéticos del presidente y su ministra Teresa Ribera. Un sistema anunciado a bombo y platillo como el prodigioso invento que iba a solucionar los problemas energéticos de los españoles y que ha acabado convertido en pesadilla económica.

La raíz del problema, para colmo, reside en un dato escondido en la presentación del invento: ese sistema regula el pago de compensaciones a las gasistas que compran el gas empleado por las centrales de ciclo combinado a precio de mercado y lo entregan a precio tasado para su uso en el sistema eléctrico. El presidente anunció un tope de 40 euros para el gas natural que se destinase a esa utilidad pero se le olvidó decir que la compensación a las gasistas por esa rebaja entraba por la puerta de atrás en el recibo de la luz. Es decir, que lo pagan los de siempre: los consumidores. Básicamente, porque en caso contrario las gasistas se negaban a vender gas a pérdidas, como es bastante lógico. Un pequeño olvido por parte del presidente que se ha convertido en toda una pesadilla. Y, por supuesto, en un enorme engaño, especialmente, para los consumidores que creyeron que se acababan los días de luz cara.

De hecho, este gran invento ha generado una de las mayores paradojas en el sistema eléctrico de los últimos tiempos. Y es que los españoles pagan ahora lo mismo por el coste de la energía utilizada para generar electricidad que por culpa del propio mecanismo diseñado por los expertos de Pedro Sánchez para fijar ese tope al precio del gas usado en las centrales de ciclo combinado.

La paradoja saltó, para colmo, mientras el presidente aseguraba haber solucionado los problemas energéticos de España en el debate del estado de la nación. El muy reciente 13 de julio, en pleno debate, la realidad se empeñó en volver a contradecir al presidente del Gobierno. Mientras Pedro Sánchez contaba ante el hemiciclo español las bondades de sus reformas eléctricas, un dato se encargó de desmontar la propaganda: el coste del "precio diario de ajuste" del gas se situaba en 156,31 €/MWh. Ese indicador recoge el coste de la mencionada compensación a las gasistas que pagan los consumidores. ¿Y cuál era en esos momentos el precio de la energía? Pues, básicamente, el mismo: 159,41 euros. ¿Y se trata de un dato aislado? Pues no. El día 14 el coste de la compensación fue de 148,93 y el de la energía de 162,22 euros. Y el día 15, directamente el coste de la compensación superó al coste de la energía: 153,09 el primero y 147,25 euros el de la energía.

Porque lo cierto es que el sistema de compensación ha sido diseñado de tal manera que repercute costes extra en los consumidores españoles —no en los franceses— y sólo funciona y rebaja el precio del recibo en muy pocas ocasiones. En concreto, cuando la energía eólica y la solar pueden generar mucha electricidad. Y eso exige días de viento continuo no excesivo, días muy luminosos y sin calima, y consumos no excesivos para que no se dispare la compensación por el gas natural.

Porque, obviamente, la compensación se dispara con la subida del coste real del gas. Y el enfrentamiento con Argelia hace que el precio del gas se eleve, con lo que será difícil pensar en un gas en criterio de mercado barato y, por lo tanto, las compensaciones a sumar a los recibos de la luz serán altas. Muy altas.

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