PSOE y Unidas Podemos registraban este jueves en el Congreso una Proposición de Ley para implementar un nuevo impuesto a la banca y las empresas energéticas. Un impuesto temporal, ha dicho el Gobierno, que se utilizará para hacer frente a la subida de la inflación.
El impuestazo, que el Ejecutivo llevaba varios meses preparando, le confiere a Sánchez una forma de justificar que está luchando contra la gran banca y las empresas energéticas, los chivos expiatorios que el Gobierno ha elegido para justificar el grave problema de inflación. Todo ello, pese a que, como informaba Libre Mercado, abundan las dudas legales sobre este tipo de impuestos. Entre otras cosas, porque pueden constituir una figura de doble imposición.
A continuación, abordamos todas las cuestiones y detalles relativos a esta nueva legislación.
- ¿Qué va a gravar el nuevo impuesto?
El tributo no se aplicará sobre los beneficios de las compañías, sino sobre su volumen de negocio. Concretamente, gravará con un 1,2% las ventas de las empresas energéticas, mientras que se fijará un 4,8% sobre los márgenes de intermediación de las entidades bancarias, es decir, las comisiones e intereses netos.
- ¿Cuánto tiempo estará en vigor?
Según el Gobierno, el impuesto será temporal y extraordinario. Así, la obligación de pago comenzará en 2023, y se alargará hasta el 2024. Las compañías deberán abonar la recaudación en septiembre de cada año, aunque se exigirá que adelanten a Hacienda el 50% del importe total en el mes de febrero.
- ¿A cuántas compañías afectará?
En cuanto a las empresas energéticas, afectará a las consideradas como operadores principales a efectos de la CNMC. Es decir, todas aquellas con una cifra neta de negocios de al menos 1.000 millones de euros en 2019, y cuya actividad principal sea la energética.
En relación al sector bancario, será aplicará el impuesto a todas aquellas entidades cuyos intereses y comisiones brutas cobradas a los clientes superaran los 800 millones de euros en 2019.
En ambos sectores solo se considerarán las operaciones en España. En total, se prevé que las nuevas figuras impositivas acaben afectando a un máximo 20 compañías.
- ¿Se podrá repercutir el coste a los clientes?
La normativa prohibirá que las compañías trasladen los costes de los nuevos tributos a sus clientes. Además, tampoco podrán deducirlos en el pago del impuesto de sociedades. En caso de incumplimiento, se ejecutará una sanción equivalente al 150% de todo el gravamen repercutido a los clientes.
- ¿Se podrá demostrar si se repercute o no?
El Ejecutivo establece que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en colaboración con el Banco de España en el caso de la banca, deberán supervisar la correcta aplicación del tributo para que no se traslade a los clientes.
Sin embargo, en la práctica, será muy difícil poder demostrar que una empresa está repercutiendo los nuevos impuestos a los consumidores, ya que los precios ofrecidos al cliente dependen de innumerables factores, como el ascenso de los costes energéticos, los costes de plantilla, alquileres, los objetivos de márgenes y beneficios, etc.
- ¿Cuánto espera recaudar el Ejecutivo?
El Gobierno ha previsto que los nuevos tributos consigan una recaudación de 2.000 millones de euros sobre el sector energético y otros 1.500 millones sobre la banca. De esta forma, se pretende recaudar un total de 7.000 millones de euros en dos años con este golpe fiscal a las empresas.
- ¿Cómo han reaccionado las empresas, consumidores y expertos?
Los sectores energético y financiero no han recibido con buenos ojos el recargo fiscal.
Las patronales del sector financiero AEB y CECA han avisado de que el nuevo impuesto a la banca no servirá para combatir la inflación y que entorpecerá la recuperación económica y la creación de empleo. Además, han alertado de que afectará a las decisiones de crédito y riesgo de las entidades, así como a su capacidad competitiva, mientras que recuerdan que el sector ya dedica la mitad de sus beneficios al pago de impuestos.
En la misma línea, el Banco Santander ha avisado de que el impuesto a la banca restará al sector capacidad para prestar 50.000 millones. Su consejero delegado, José Antonio Álvarez, ha señalado que los primeros que podrían sufrir por el impuesto son los accionistas, pero también la economía en general. Por su parte, el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, ha sostenido que el impuesto a la banca "debe ser neutral desde un punto de vista de competencia" y ha advertido de que los afectados serán en su gran mayoría pequeños ahorradores.
Asimismo, la asociación de usuarios Adicae ha expresado que la configuración del impuesto a la banca puede "facilitar sobremanera su ilegítima transmisión a los consumidores". Desde la asociación Asufin, por su parte, consideran que será difícil detectar si la banca subirá los precios por las circunstancias del mercado o debido al nuevo impuesto a la banca.
Por otro lado, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha negado que la petrolera esté obteniendo beneficios extraordinarios o caídos del cielo, y ha asegurado que hará "todo lo posible" para luchar contra cualquier iniciativa "arbitraria", como el nuevo impuesto impulsado por el Ejecutivo. "Nuestro negocio de refino perdió cientos de millones de euros en 2020 y 2021, y no vi a ningún gobierno hablando de apoyar estas pérdidas extraordinarias", aseveró.
Iberdrola y Endesa, las dos grandes compañías eléctricas, se han sumado a las críticas sobre el nuevo impuesto. Han esgrimido que sus ganancias están cayendo este año en España debido a la crisis energética y que ya cumplen los topes de precio que marcó el Gobierno.
Por último, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, sostuvo este martes que "no es fácil" establecer impuestos a la banca que no afecten al volumen de crédito, los tipos de interés y a la estabilidad financiera. Además, ha recalcado que la opinión del Banco Central Europeo sobre estos tributos ha sido generalmente negativa.