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EDITORIAL

La tomadura de pelo de la energía cuando no se puede llegar a fin de mes

Mientras Sánchez gasta queroseno en Falcon y Super Puma, las empresas españolas entran por decenas en quiebra.

El enfado ciudadano va en aumento. Por más que muchos medios de comunicación caigan en la propaganda del Gobierno con sus absurdas medidas intervencionistas en el termómetro, las luces y las puertas de los centros comerciales o con las recomendaciones sobre el aire acondicionado y la corbata, los ciudadanos están cada día más hartos de no llegar a fin de mes, de haber tenido que renunciar a sus vacaciones y de observar que por mucho que tratan de ahorrar en la cesta de la compra siguen pagando por ella casi un 50% más que hace un año.

A la preocupante escalada de precios, que no parece que vaya a frenarse, se suma ahora la preocupación por el empleo, ya que por primera vez en la historia se han destruido puestos de trabajo (más de 7.000) en un mes de julio. Algo que no se vio ni siquiera cuando estalló la crisis subprime o el año horrible del covid.

Mientras Sánchez gasta queroseno en Falcon y Super Puma y se va de palacio en palacio a gozar de 20 días de vacaciones, las empresas españolas entran por decenas en quiebra, lo que demuestra que no disfrutábamos de la recuperación vigorosa de la que tanto ha presumido su sanchidad.

Y mientras el Gobierno se forra con la inflación, (Hacienda gana más cuanto más caros pagamos los bienes y servicios que consumimos, en concreto un 20% más en los seis primeros meses del año) muchas familias están recurriendo al círculo vicioso de los créditos al consumo porque no son capaces de llegar a final de mes, un endeudamiento que se ha disparado un 5%. Además, la contratación de tarjetas revolving está en máximos de dos años y la morosidad financiera en pico desde 2016.

¿Y qué va a suceder con el crédito? Que se va a encarecer. El BCE tiene los tipos en el 0,5%, pero la escalada en otros bancos centrales como el británico (1,75%) o el norteamericano (2,25%) apunta a nuevas subidas. Esto se traduce directamente en que se encarece la financiación. En el mercado hipotecario aquellos que tienen su hipoteca referenciada a tipo variable se ven afectados por el Euribor, que ya está rozando el 1%, nivel que, a principios de año, se pensaba que alcanzaría a finales de 2023.

Y ¿qué nos están anunciando? Que a la vuelta del verano nos espera el plan estratégico de medidas energéticas que podrían establecer límites en el uso de la calefacción este invierno.

Es decir, cuando a los españoles les cuesta llegar a final de mes y han tenido que cambiar el hotel en la playa por la piscina de la urbanización o la casa del pueblo, no son capaces de llenar la cesta de la compra, no pueden llenar el depósito de gasolina, ni poner el aire acondicionado y temen no poder poner la calefacción este invierno, tienen que soportar que el presidente del Gobierno siga pidiéndonos que seamos solidarios mientras gasta millonadas en reformar sus palacetes de veraneo en Lanzarote y Doñana y coloca a dedo a sus amigos en puestazos pagados a precio de oro.

En esta situación, que el propio gobierno confiese su "diarrea legislativa", apruebe normas sobre el bienestar animal y nos diga que los solidarios tenemos que ser nosotros mientras ellos se forran a impuestos, se van de vacaciones a palacetes y colocan a los amiguetes con sueldos de más de 100.000 euros anuales, parece una tomadura de pelo impresentable. Basta ya.

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