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El curioso caso Beyoncé: casi nunca es 'número 1' en ventas, pero se llena los bolsillos

El Financial Times explora la estrategia de negocio de la cantante estadounidense y extrae interesantes lecciones de su éxito económico.

El Financial Times explora la estrategia de negocio de la cantante estadounidense y extrae interesantes lecciones de su éxito económico.
Una de las imágenes de portada de 'Renaissance' | Beyonce.com

El Financial Times se preguntaba esta semana si Beyoncé sigue siendo una estrella del pop o si, más bien, hablamos de un icono cultural que sigue cantando para no perder el gancho original que le ha proporcionado millonarios ingresos a lo largo de los últimos años. Y la verdad es que, desde el punto de vista financiero, el debate que plantea el salmón británico tiene todo el sentido del mundo.

Como artista, parece difícil negarle el pan a alguien que primero conquistó las listas de éxitos de la mano de su grupo Destiny’s Child y después se lanzó en solitario y logró conquistar cerca de treinta Premios Grammy. Los registros de la RIAA norteamericana señalan que ha vendido 15 millones de discos y los números que facilita Spotify hablan de 30 millones de oyentes mensuales. Hablamos, pues, de una cantante con un público masivo, de eso no hay dudas.

El caso es que Renaissance, su disco más reciente, no está arrasando como uno podría esperar. El primer sencillo del álbum, "Break my soul", ha pasado relativamente inadvertido fuera de Estados Unidos y, en su país, solo ha alcanzado el número 7 de la lista Billboard de ventas. En cuanto a las ventas esperadas para el disco, la industria cree que despachará 325.000 copias en su primera semana, lejos de las cifras que manejan otras figuras comparables, como Adele, Lady Gaga o Taylor Swift. Y lo cierto es que, si nos fijamos en proyectos anteriores, la situación es la misma: se le escucha mucho, muchísimo, pero no arrasa como uno podría imaginar, habida cuenta de su enorme fama.

En cambio, cuando uno evalúa la cuenta de resultados de la artista, encuentra que, año sí y año también, figura entre las cantantes mejor pagadas del mundo. Y es que, pesar de que su último disco salió al mercado hace un sexenio, la revista Forbes estima que Beyoncé amasa una fortuna de 440 millones de dólares. En la cuenta de resultados, sin duda podemos decir que sí está arrasando...

Una fortuna cada vez más grande

¿Cómo explicar el curioso caso de Beyoncé? ¿Por qué gana tanto dinero una artista que publica muchos menos discos que sus competidores y que ni siquiera arrasa en las listas con la fuerza de otras estrellas? El Financial Times considera que Beyoncé ha sido especialmente cuidadosa con su marca, limitando enormemente sus apariciones públicas para cultivar un cierto aura de misterio con el que situarse al margen de la competencia cotidiana en la que se enfrascan muchos artistas. La naturaleza conceptual de sus discos iría también en esta misma línea de grandeza, de ahí que Renaissance sea un producto orientado a revisitar los orígenes negros del sonido disco y la música house.

El tándem de su marido, Jay-Z, también ha sido ampliamente reconocido como otro de los factores que han contribuido a elevar a Beyoncé al estatus de leyenda. El rapero ha demostrado un gran olfato a la hora de posicionarse en sectores fundamentales para su sector en el siglo XXI, caso de la venta y organización de conciertos o la digitalización de la música. Merced a esta apuesta, Beyoncé y Jay-Z han completado algunas de las giras más exitosas de la última década. De la mano, completaron dos giras en 2014 y 2018 que sumaron 3 millones de espectadores y 260 millones de dólares de taquilla. Por separado, sus cifras también son mareantes. En el caso de Beyoncé, su anterior tour reunió a 2,2 millones de asistentes y despachó 290 millones de dólares, colgando el cartel de "no hay billetes" en todas y cada una de sus 50 comparecencias. Y a nadie escapa que, en el actual mercado de la música, es mucho más lucrativo vender entradas que vender discos...

Para el Financial Times, no hay duda de que Beyoncé triunfa porque se separa del resto, cultiva un aire de diva y monetiza ese posicionamiento y esa imagen más trabajada en torno a proyectos más concentrados y de más valor. Sería, pues, una especie de "Luis Miguel negra", preocupada por mantener el misterio en torno a su figura y esmerada por hacer de cada uno de sus esporádicos lanzamientos un proyecto lo suficientemente diferenciado como para seguir agigantando su leyenda y marcando distancias con el resto.

Hay, eso sí, un talón de Aquiles en su carrera: su limitada internacionalización. Beyoncé nunca ha pegado tan fuerte en Europa y tampoco ha logrado penetrar con tanto éxito en el mercado hispanoamericano. Esto no significa que sea una desconocida en dichos países, como es lógico, pero sí implica que su nivel de popularidad (y de negocio) en los mismos es menor que en su mercado de origen. De ahí que su carrera siga estando muy concentrada en Estados Unidos, donde los sonidos del R&B, el soul y el hip-hop que han influenciado su carrera en el pop tienen mejor acogida.

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