El Ministerio de Hacienda ha anunciado, tras casi 20 años sin hacerlo, una convocatoria para repartir 203 licencias de estancos nuevas. Algo que no sucedía desde el año 2003 y que ha creado una burbuja dentro del sector, ya que en función del área en la que se encuentre el estanco, la reventa de estas licencias llega a superar los 200.000 euros. Prácticamente el doble que una licencia de taxi, que se venden entorno a los 100.000 euros.
Ahora, Hacienda quiere conceder estas licencias al mejor postor, aunque dará una por persona y a aquellos que no cuenten actualmente con otra licencia de estanco. Es decir, cada una de estas licencias se concederá a quien más dinero ofrezca por ellas, un proceso que se abrirá el próximo mes de septiembre. Si uno de los ofertantes lanza varias ofertas por diferentes licencias, se le concederá la oferta más alta de todas. Así las cosas, el criterio más importante, además de no poseer ya otra licencia, será el dinero ofertado por esta concesión estatal de 25 años.
Desde el año 2017, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy sentó las bases para conceder estas nuevas licencias, se esperaba que el Comisionado para el Mercado de Tabacos abriera una oferta pública con, al menos, 400 licencias nuevas. En aquel entonces, los criterios que se propusieron, además de la puja más alta, era la superficie del local propuesto, la distancia con otros estancos, residir en la localidad en la que se quiere abrir el negocio y no tener deudas pendientes con la Administración. Ahora, cuando el Gobierno abra la subasta habrá que ver si esos criterios siguen en vigor. Anteriormente, este tipo de licencias se concedían únicamente a huérfanos, militares retirados o viudas. Pero, ya no se tendrá en cuenta estas situaciones personales.
¿Qué se necesita para abrir un estanco?
Lo primero es la licencia, que en el mercado de compraventa se sitúa entre los 70.000 euros y los 215.000, en función de en qué lugar se encuentre el permiso. Además de eso, el propietario tiene que ser autónomo y pagar esa cuota a la Seguridad Social. Pero no solo eso, también tiene que abonar una cuota fija de entre 120,20 y 240,40 euros en función de la población que haya en la localidad. Del mismo modo, también deben abonar un canon por ventas anuales, que va desde los 250 euros a los más de 9.000 euros.
Además, los márgenes de venta también están regulados para los propietarios y van desde el 9% al 4%, en función del tipo de producto que distribuyan, son cuotas fijas.