La inflación está causando estragos en la población española. Ya afecta a lo más básico: los alimentos. Según los últimos datos aportados por el INE, los alimentos subieron el pasado mes de julio un 13,5%, es decir, es el mayor incremento desde 1994.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares españoles han comprado un 8,6% menos de alimentación que en el mismo periodo del año anterior.
Se desploman las ventas de carne, pescado y hortalizas
¿Qué alimentos son los que más se han dejado de comprar? El alimento que más se ha dejado de comprar es el pescado, con un 13,8% menos. Las hortalizas son el segundo alimento que más se ha dejado de consumir, con un 13,1%. La carne con, un 12%; el aceite, un 11,6%; los huevos, un 10,7%; y las de fruta fresca, un 10,5%, según el informe La Alimentación Mes a Mes, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El sector no vivía esta subida de precios desde la entrada en el euro, es decir, siempre había tenido una cierta estabilidad, pero la inflación sumada a la guerra de Ucrania ha sido una combinación devastadora para el sector alimentario.
Facturación en el sector alimentario
El problema no es sólo para los ciudadanos, ya que también se traslada a la industria agrolimentaria. La subida de precios generalizada ha hecho que el nivel de facturación caiga, puesto que la bajada en el consumo por parte de los ciudadanos les ha afectado directamente. En total se ha reducido a 72.662 millones de euros, un 5,2% en los 6 primeros meses del 2022, así lo indica el mismo informe del Ministerio.
Por lo que respecta a la cesta básica de alimentación, la escalada de precios alcanza el 13,5% (cesta básica) en la eurozona, mientras que en España en tan solo un año se ha encarecido un 17,6%. Al igual que ocurre con el IPC, la cesta de la compra en nuestro país sube por encima de las principales economías del euro: Alemania (15,6%), Italia (10,6%) y Francia (7,6%).
Sectores más afectados
Según los mismos datos ofrecidos por el Ministerio, la pesca es el sector que mayor contracción experimenta (14,7%), principalmente impulsada por la reducción de compras de pescados frescos, pues representan el 43,1% del sector y se contraen incluso por encima del sector (17,8%), especialmente el rodaballo (55,8%), el lenguado (41,0%) y el salmón (37,1%).
El sector oleícola experimenta la segunda contracción más fuerte (13,8%), si bien, experimenta el crecimiento en el precio medio más alto del mercado (48,8%), por lo que la facturación cierra un 27,6% superior a la de junio de 2021. El aceite de girasol es el que más retrocede (35,3%), si bien, es el tipo de aceite que más incrementa su precio medio (103,1%). El aceite de oliva es el que menos se contrae (2,6%), si bien, su precio medio, aunque crezca un 40,3 %, es el más bajo del segmento aceites de oliva (4,0€/litro). El aceite de oliva virgen se contrae un 13,6%, mientras que el de oliva virgen extra la mitad (6,0%), si bien, el precio medio del aceite de oliva virgen es 0,48€/litro más barato que el de oliva virgen extra.
El segmento de bebidas tampoco evoluciona de forma favorable, las bebidas espirituosas se contraen un 11,5 %, las cervezas un 5,9, las sidras un 7,9 % y los vinos un 7,2 %.
¿Qué alimentos han encarecido más su precio?
Analizando los últimos datos del INE. En junio, los alimentos que más se han encarecido en España respecto al mes anterior han sido las frutas (9,5%), los productos alimentaicios n.c.o.p. (No Comprendidos en Otras Partes) (1,8%), el pan y los cereales (1,6%), la leche, el queso y los huevos (1,6%), la carne (1,1%) y el pescado y el marisco (0,5%).
A nivel anual, la subida de los productos alimentarios es aún mayor, con encarecimientos a doble dígito. Lo que más destaca es la subida de aceites y grasas (37%), los huevos (23,9%), la leche (20,4%), las frutas frescas (19,3) y los cereales y derivados (18,4%).
Sin embargo, el producto que sin duda ha alcanzado un precio más alto después de un año ha sido el aceite de girasol, que ha registrado una subida un 117,8%. Hace un año, la botella de 1 litro costaba 1,46 euros y ahora vale 3,18 euros, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La pérdida de poder adquisitiva en los ciudadanos españoles dificulta que puede haber un repunte en las ventas, esto sumado a la incertidumbre general agravará aún más el problema.