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Ni éxito ni solidaridad: todas las trampas del ahorro energético de Ribera

La ministra salió esta semana a presumir del éxito de sus medidas de ahorro. Analizamos todas las trampas que esconde su comparecencia.

La ministra salió esta semana a presumir del éxito de sus medidas de ahorro. Analizamos todas las trampas que esconde su comparecencia.
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica | EFE

Este miércoles Teresa Ribera hacía un paréntesis de su retiro estival en Menorca para comparecer ante los medios de comunicación desde Mahón. Su equipo había descubierto un dato que se podía anotar como un tanto de gestión. Según sus cálculos, de la primera semana de agosto a la segunda el consumo energético había caído un 3,7%, curiosamente justo la semana en la que había entrado en vigor las medidas de ahorro energéticos que aprobaron el 1 de agosto.

Según sus propias palabras, "entre la primera semana de agosto y la segunda se ha producido un descenso del 3,7% de la demanda eléctrica en nuestro país". Y atribuía el descenso a una "mayor sensibilidad de hogares y empresas" con la situación actual y ante "el chantaje energético de Putin". Por supuesto, una mayor sensibilidad gracias al real decreto que aprobó el Gobierno el pasado día 1.

No es solidaridad

Vamos, que, según la ministra, los comercios que hayan seguido las directrices sobre los termostatos, las luces de los escaparates y las puertas, lo han hecho por solidaridad con Alemania y compromiso de apoyo a Ucrania contra Putin y no por miedo al régimen sancionador que viene asociado a la medida y que oscila entre multas de hasta 60.000 euros en caso de ser infracciones leves, hasta 6 millones de euros en las infracciones graves y hasta 100 millones de euros en el caso de los incumplimientos muy graves.

Los españoles llevan todo el año ahorrando

Además, los españoles no hemos descubierto el ahorro en la factura de la luz o del gas gracias a que la ministra haya aprobado ningún paquete de medidas, o porque el presidente del Gobierno nos pidiera solidaridad antes de irse de vacaciones por 20 días y a dos palacetes con Falcon y Súper Puma incluidos, sino porque el precio de la factura de la luz y el gas está por las nubes.

Según la ministra, el conjunto de los hogares y los comercios han reducido su demanda de energía eléctrica gracias a la aprobación de su decreto y no porque nos hayamos empobrecido tanto que estemos pasando calor en verano y frío en invierno por miedo a la factura. Es más, esta semana conocíamos el dato de que había caído el consumo de pescado, carnes y hortalizas entre los españoles por el encarecimiento de la vida que estamos sufriendo.

No sólo comercios, grandes superficies y estaciones

Por otro lado, en su comparecencia Ribera sacaba pecho de que "comercios y hogares" habían reducido su demanda de energía eléctrica en un 3,7% gracias a su decreto. Eso sí, el decreto sólo afecta al comercio. No obstante, Ribera ha aclarado que por un lado los comercios habían seguido sus indicaciones y los hogares se habían sensibilizado con el espíritu de la norma y habían decidido ser solidarios.

Obvia la señora ministra Ribera que los hogares españoles llevan desde el pasado verano sufriendo la escalada de precios y altas tasas de inflación, especialmente en la factura eléctrica. Una inflación del 10,8%, una caída de salarios reales en el entorno del 8% (la más alta de nuestra historia reciente), los combustibles disparados, la cesta de la compra disparada y la amenaza de un invierno duro en el que se habla de cortes de suministro, además del temor a que los precios del gas se disparen aún más de lo que ya están, hace que la mayor parte de los hogares españoles estén ahorrando en su factura energética, pasando calor, no poniendo el aire acondicionado, evitando encender la cocina y otros electrodomésticos y apagando luces.

Tanto es así que si atendemos a los datos que ofrece Red Eléctrica Española, en los siete primeros meses de 2022 la demanda de energía ha caído un 1,7% respecto al año pasado. Y eso que este año hemos tenido el verano más caluroso en décadas.

Es decir, que los españoles llevan mucho tiempo tratando de ahorrar en la factura de la luz por los altos precios que soportan. Desde luego, llevan haciéndolo mucho antes de que la señora Ribera anunciase el 1 de agosto su plan de medidas de ahorro energético y solidaridad con Alemania.

Menos temperatura y festivos

Por último, quizá lo más determinante en el ahorro registrado y dando por buenos los números de Ribera, es que en los últimos días de la semana que toma Ribera como referencia para vendernos el gran éxito de su medida (segunda semana de agosto) la temperatura bajó drásticamente, aliviando la presión sobre los termómetros y, por consiguiente, poder moderar la potencia de los climatizadores en hogares y centros de trabajo.

Además, la segunda semana de agosto que implica el comienzo de un puente que muchas empresas aprovecharon para hacer un descanso. Así, empresas y comercios están cerrados por vacaciones.

Necesitaba vender un éxito

En definitiva, la señor Ribera se agarra a un efecto estacional y se aprovecha de la precaria situación de las familias y el miedo a un invierno criminal para el bolsillo de los españoles, para vender el gran éxito de sus medidas de ahorro energético. Cierto es que no pudo hacerlo con la excepción ibérica, ya que desde que se aprobó, el precio de la energía no ha hecho más que subir.

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