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El agua desperdiciada sin el trasvase del Ebro podría llenar las cuatro cuencas mediterráneas... y sobraría

La actual sequía vuelve a poner en solfa la desastrosa gestión hídrica en España, provocada sobre todo por el rechazo del PSOE al Trasvase del Ebro.

La actual sequía vuelve a poner en solfa la desastrosa gestión hídrica en España, provocada sobre todo por el rechazo del PSOE al Trasvase del Ebro.
El río Ebro, muy cerca de su desembocadura. | C.Jordá

La derogación del Plan Hidrológico Nacional de 2001 fue sin duda una de las más graves decisiones tomadas por Zapatero, que quería establecer alianzas duraderas con el separatismo catalán y que, como todos sabemos pero muy pocos dicen en público, gobernó durante casi ocho años borracho de irresponsabilidad y de sectarismo.

Como muchos recordarán, la principal y más polémica medida de aquel plan fue la creación del llamado Trasvase del Ebro, una gran conducción y un sistema de embalses para poder llevar agua desde este río a cuatro cuencas del mediterráneo habitualmente deficitarias: la Catalana Interior, la del Júcar, la del Segura y lo que en el plan se denominaba Plan Hidrológico del Sur, es decir, la cuenca hidrográfica Mediterránea Andaluza.

La previsión era transferir 1.050 hectómetros cúbicos al año a estas cuencas, repartidos de la siguiente manera: 190 a la catalana, 315 a la del Júcar, 450 a la del Segura y 95 a la andaluza.

En todo momento, el Plan preveía respetar el caudal ecológico del río, es decir, la cantidad mínima de agua que debe llevar para que no haya problemas para el entorno natural. Este caudal ecológico sigue fijado, por cierto, en 3.009 hm3 al año al paso del río por Tortosa, pese a que desde la Generalidad catalana se pedía hasta triplicarlo. Es más: en el plan hidrológico de la cuenca para los años 2022 a 2027, que está en la fase final de su elaboración, esa es la cifra que sigue manejándose.

¿Cuánta agua del Ebro se ha desperdiciado?

Esa cifra del caudal ecológico es importante porque nos dará la medida de la cantidad de agua que se desperdicia en esta España seca por aquel rechazo ecologista, nacionalista y demagógico al Trasvase del Ebro.

Y para hacernos una idea de las cantidades de las que hablamos hemos acudido a los diez últimos años hidrológicos –que van desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre– de los que hay datos disponibles, es decir, desde octubre de 2009 hasta septiembre de 2019.

Las cantidades cambian muchísimo como corresponde a nuestro clima mediterráneo en el que las precipitaciones varían enormemente de un año a otro, pero la media es importante: 8.944 hm3 de agua al año se registraron en la estación de aforo de Tortosa, la más cercana a la desembocadura del Ebro.

Es decir, atendiendo a esta media y restando caudal ecológico estipulado, cada año se habrían podido almacenar hasta 5.935 hm3 de agua que por el contrario se han ido al mar. Hay que tener en cuenta, no obstante, que para poder aprovechar toda esa agua se tendría que ampliar la capacidad de almacenamiento de la Cuenca Hidrográfica del Ebro, que actualmente es de 7.919 hm3. De hecho, el plan de 2001 preveía la construcción de más de 30 embalses y presas, pero la mayor parte de ellos ha acabado por desestimarse, muy pocos están todavía en construcción y menos aún se han terminado. El hecho de que los cinco mayores embalses de la cuenca sean anteriores a 1975 nos da una idea de lo que realmente se está haciendo en las últimas décadas para mejorarla.

Volviendo a los caudales anuales del Ebro, un dato curioso es que incluso en el año más seco, 2011, se habría estado a punto de satisfacer todos los trasvases que preveía el viejo plan hidrológico de Aznar, pues la aportación anual fue de 3.904 hectómetros cúbicos, por lo que sólo habrían faltado 155 hm3 para cubrir las necesidades previstas. Esto en el año más seco y sin tener en cuenta que del año anterior habría quedado un superávit importante, ya que el aporte total en 2010 fue de más de 6.000 hm3.

¿Qué se podría hacer con esa agua?

Recordemos de nuevo la cifra: 5.935 hm3 de agua del Ebro que al menos en teoría se podrían haber usado para consumo humano, agrícola o industrial se han vertido al mar cada año, según la media de los últimos diez de los que se tienen datos.

¿Qué se podría hacer con esa agua? Para empezar, como decíamos sólo uno de esos diez años –el 2009– el superávit de agua por encima del caudal ecológico no habría sido suficiente para los trasvases previstos en el plan, es decir, que las cuatro cuentas del mediterráneo que iban a recibir trasvases del Ebro estarían contado con 1.050 hm3 más al año de los que tienen actualmente.

Pero yendo un poco más allá hay una reflexión que resulta pertinente: en este momento de sequía en las cuatro cuencas hidrográficas que iba a recibir agua del Ebro –que en esta ocasión no son de las más afectadas por la falta de lluvia en de España– tienen almacenados 2.868 hm3 de una capacidad total de 5.827. Es decir faltan 2.969 hm3 para que estuviesen completamente llenas, al 100% de su capacidad. Y esta cifra, recordemos, es sensiblemente inferior a los 5.935 hm3 que, de media, se han vertido al mar de media en los últimos diez años, además de los 3.009 del caudal ecológico. Es decir, estamos tirando al mar agua como para que todos los embalses del mediterráneo español rebosasen.

Es más, si esto fuese así incluso se podría prescindir del agua que se aporta a la zona con el Trasvase Tajo-Segura, que en los últimos diez años han sido 305 hm3 de media.

En definitiva, hace años que un país en el que las sequías son cíclicas y en el que desde tiempos de los romanos sabemos que no se puede confiar en las lluvias anuales para el suministro de agua estamos desperdiciando miles de hectómetros cúbicos del líquido y cada vez más preciado elemento. Un desperdicio por el que, como pasa con tantos otros, a nadie se le van a pedir cuentas.

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