El nuevo sistema de cotización para el colectivo de trabajadores por cuenta propia quedará finalmente establecido en una fórmula progresiva que tiene en cuenta los rendimientos netos obtenidos. El resultado de este real decreto-ley serán unas cuotas variables y adaptadas a la situación legal de cada autónomo. La cuantía que deberá abonarse mensualmente al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se implementará de forma gradual durante los ejercicios correspondientes a 2023, 2024 y 2025.
Si eres autónomo o estás valorando la posibilidad de darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), lo más probable es que te estés preguntando de qué forma te afectará la nueva actualización. ¿Cuál será tu nueva cuota de autónomos 2023?
En principio, la nueva propuesta está orientada a facilitar las cosas a los trabajadores que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o que poseen un poder adquisitivo más reducido. De acuerdo con las declaraciones de Jose Luis Escrivá, el titular de la Seguridad Social, "tres de cada cuatro autónomos podrán ver igualada o incluso rebajada su cuota en comparación a este año". Además, también agregó que "este nuevo decreto-ley posee un importante componente de género y pone a los jóvenes en el punto de mira con el fin de ayudar a los nuevos emprendedores".
No es extraño si tenemos en cuenta que el colectivo de trabajadores por cuenta propia se ha visto incrementado en más de 800.000 personas, lo cual se traduce en más de tres millones de cotizantes.
¿Qué son exactamente los rendimientos netos y cómo se calculan?
Cuando hablamos de rendimientos netos nos referimos a los ingresos reales que los trabajadores autónomos generan. Las nuevas cuotas se calculan en función de esta variable dentro de un sistema compuesto por quince tramos de cotización.
La reforma está planificada para su aplicación gradual a lo largo de los próximos tres ejercicios económicos que además, se someterá a revisión cada tres años.
Pero, ¿cómo se calculan exactamente los rendimientos netos? Para poder obtener nuestro rendimiento neto deberemos llevar a cabo un sencillo cálculo matemático que consistirá en deducir los gastos de los ingresos que se han producido a lo largo del ejercicio de la actividad y que son necesarios para generar mayores ingresos. En definitiva, podríamos decir que se trata de los ingresos reales que el autónomo percibe después de haber asumido los gastos necesarios para mantener su solvencia y continuar desarrollando su actividad.
La fórmula, por tanto, es bastante sencilla. Bastará con restar los gastos deducibles en los que se ha incurrido a la facturación obtenida durante el ejercicio. Algunos ejemplos de estos gastos son la adquisición de productos, herramientas, softwares o maquinaria para desarrollar la actividad, la Seguridad Social a cargo de la empresa, las retribuciones de los empleados o los gastos en concepto de suministros.
Para obtener información al respecto en mayor profundidad puedes acceder a la plataforma Renta Web. Por ejemplo para aquellos autónomos que estén sujetos a un régimen de estimación directa a la hora de cotizar, pueden localizar esta información en las casillas 224 y 226. En este caso, una vez se haya obtenido la cuantía deberá dividirse en doce mensualidades para obtener el resultado final de los rendimientos netos.
Según queda definido dentro del nuevo decreto-ley habrá además una deducción extra del 7% para todos los trabajadores autónomos. Esta reducción se llevará a cabo atendiendo al rendimiento neto y sobre aquellos "gastos difícilmente justificables". La cuantía se reducirá hasta el 3% en el caso de los autónomos societarios.
¿Cómo serán las cuotas asociadas a cada tramo?
Si estás pensando en darte de alta como autónomo por primera vez, probablemente te estés preguntando qué será de la tarifa plana tras la entrada en vigor de la nueva ley. Por un lado, la cuota se incrementará desde los 60 euros mensuales hasta los 80. Además, podrá ser prorrogada durante doce meses adicionales en caso de que el autónomo genere unos ingresos de hasta 1.000 euros mensuales (es decir, el Salario Mínimo Interprofesional).
La nueva ley también ofrece la posibilidad de que el autónomo modifique su cuota hasta en seis ocasiones al año (recordemos que hasta ahora era posible hacerlo en un máximo de cuatro). Con respecto a la prestación por cese de actividad queda fijada en un 50% sobre la base reguladora pudiendo percibirse en un periodo que comprende entre los cuatro meses y los dos años desde su aprobación.
Los quince tramos que se han fijado para calcular las cuotas de autónomos que entrarán en vigor a partir de 2023 parten de unos rendimientos mensuales netos inferiores a 670 euros mientras que el máximo se ubica por encima de los 6000.
El próximo año, la cuota mínima se establecerá en los 230 euros mensuales y la máxima en 500. No obstante, estas cifras irán experimentando modificaciones en los dos años sucesivos. En 2024 se situarán en 225 y 530 respectivamente y en 2024 en 200 y 590.