Menú
José García Domínguez

Lo que PP y PSOE callan como muertos

Así las cosas de la agitación propagandística, ambos, tanto PP como PSOE, salen claramente beneficiados de esta repentina confrontación.

Así las cosas de la agitación propagandística, ambos, tanto PP como PSOE, salen claramente beneficiados de esta repentina confrontación.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo | EFE

Como es sabido, la mejor y más eficaz manera de faltar a la verdad no es mentir, sino silenciar algo importante que tenga que ver con el asunto del que se trate. De unas semanas a esta parte, PP y PSOE, ambos ya en estado de celo ante la inminencia de las municipales y autonómicas, han emprendido una carrera de bajadas de impuestos en las regiones bajo su jurisdicción. Algo que tanto los socialdemócratas como los liberal-conservadores se esfuerzan en presentar ante sus respectivas parroquias como iniciativas políticas dotadas de una muy intensa dimensión ideológica.

Así, los de Feijóo argumentan a su clientela que esas reducciones constituyen medidas que adoptan con el propósito de aliviar de los estragos de la subida de precios entre las clases medias, pero que también obedecen a su afán por impulsar reformas fiscales a fin de evitar que el despilfarro sanchista de la riqueza ajena expolie a la España que madruga. Y las autonomías del PSOE tratan a su vez de cargar de honda doctrina izquierdista las suyas. De ahí ese argumentario que enfatiza la necesidad de que las clases menesterosas vean reducida cuanto antes su presión fiscal frente a la de los muy ricos y poderosos. Por fin, la revolución pendiente.

Así las cosas de la agitación propagandística, ambos, tanto PP como PSOE, salen claramente beneficiados de esta repentina confrontación. Pero es que hay trampa. Y la trampa no la quiere contar nadie. Porque si la contasen, el asunto perdería gran parte de su gracia electoralista. Resulta que, merced a la inflación de ahora mismo y a los ERTE de un poco antes, a las arcas de las regiones, igual que a la Hacienda estatal, les están lloviendo montañas de un dinero fresco que no se esperaban. ¡Un dinero que no pueden gastar en nada, dado que lo tienen estrictamente prohibido por ley! El famoso techo de gasto, sí. Por tanto, solo tenían dos únicas opciones. O amortizar deuda con él, la primera, o devolverlo a los contribuyentes vía bajadas de impuestos, la segunda y última. Y todo lo demás es un cuento chino para ganar votos.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios