Ya ha pasado casi un año desde que Argelia cortase el primero de los gasoductos que unen ese país con España. Cortó el tubo del Magreb por, según sus palabras, su enfrentamiento con Marruecos, pese a que el máximo receptor final de ese conducto era España y no Marruecos. Más tarde llegaron los compromisos de Argelia para compensar a España por esa pérdida de gas. Compromisos que nunca se han cumplido. Ni siquiera en materia de envío de metaneros para traer por barco lo que no venía por gasoducto. Y es que, en medio de todo ello, llegó el regalo estrella de Sánchez a Rabat: el Sáhara.
Y el resultado, ya totalmente estable, es fácil de ver: el envío de gas desde Argelia es, en estos momentos, literalmente de la mitad del que era hace un año. Porque Argelia quiere el Sáhara y nos está castigando. Porque lo cierto es que la verdadera crisis energética de España es la del recorte del gas argelino, un gas que llegaba por debajo de precio de mercado por formar parte de los tratados de amistad entre España y Argelia. Traducido: la crisis del gas de España ha sido multiplicada por Sánchez.
La culpa no es sólo de Putin
El Gobierno siempre habla de Putin. Le culpa de todo el alza del precio del Gas Natural. Pero no es verdad. Y, una vez más, los datos oficiales vuelven a desmontar esa mentira.
Evidentemente, el ataque de Rusia a Ucrania ha elevado los precios del gas al recudir Putin los envíos de combustible. Pero España no dependía hace un año del gas ruso. Ahora, sin embargo, depende mucho más: ha elevado las compras de gas siberiano un 19% sólo en el último mes y ya es Rusia el tercer proveedor español casi en igualdad con EEUU. Una locura de elevación de las compras que supone haber multiplicado por dos los contratos con Putin y, por lo tanto, la financiación al ataque ruso al pueblo ucraniano.
Compra masiva de gas ruso
Pero, la gran pregunta es ¿por qué España está comprando masivamente gas ruso en plena matanza de civiles y disparado los contratos de un gas muy caro como el de EEUU? Y la respuesta es la restricción del gas a precio pactado procedente de Argelia.
Los datos son rotundos. Argelia llegó a enviar, de forma estable y continuada, casi la mitad de todo el gas natural consumido en España. Y ahora esos envíos se limitan al 25% según los últimos datos oficiales del gestor técnico del gas.
En estos momentos, Argelia envía a España cada mes 7.962 GWh por gasoducto, cuando hace un año esa compra llegaba a los 14.865 GWh. Y el país argelino vende a España 969 GWh por barco metanero. Y hace un año remitía 1.823 GWh.
Para colmo, España sigue incumpliendo otra de las peticiones que le hizo Argelia: no vender la propia España gas a Marruecos. Y, según los datos oficiales cerrados del mes de septiembre, le hemos vendido a Rabat 123 GWh utilizando en dirección contraria el tubo pactado con Argelia para traer gas en dirección hacia España. Porque se está utilizando para llevar gas a Marruecos en plena crisis energética.
Porque lo cierto es que España no es ya un aliado energético estable de los países del norte de Europa, especialmente de Alemania. Lo es de Marruecos, justo lo que ha llevado a quedarnos sin el suministro barato y seguro del gas argelino.