Suenan tambores de guerra en la CEOE. La patronal española afronta unas elecciones que se traducirán, el próximo 23 de noviembre, en la confirmación o la salida de Antonio Garamendi de la presidencia. Por lo que se le supone un especial cuidado a la hora de mantener en orden todo lo que atañe a su situación en el organismo. Pero un vistazo a los informes que publica el propio organismo levanta dudas trascendentes, en primer lugar, con su sueldo.
El presidente de la CEOE cobra, según las actas del organismo recogidas en enero y febrero de 2019, un sueldo reconocido de más de 350.000 euros anuales. "La Comisión de Control Presupuestario y Financiero en la reunión mantenida el pasado 18 de enero, acordó fijar una cantidad bruta de 350.000 euros por las funciones que le son asignadas al presidente en el artículo 19.1 de los estatutos", dicen las actas.
Curiosamente, el presidente de la Comisión de Control Presupuestario y Financiero, Juan Pablo Lázaro, poco después de aprobar este acta, decidió dejar sus responsabilidades dentro de la CEOE. Dimitía en abril de 2019 de todos sus cargos en la directiva de la CEOE.
En aquellas actas de la CEOE que recogían el acuerdo para retribuir a Garamendi:
"En cuanto a la remuneración del Presidente, prevista en los Estatutos Artículo 18,7, la Comisión propondrá a la Junta Directiva:
- Aprobar el carácter retribuido del cargo del Presidente de la CEOE
- Delegar en la Comisión la aprobación del resto de términos por concretar de dicha remuneración, dentro del marco propuesto y extensible en años sucesivos durante el mandato presidencial.
- Según se establece la Ley de Auditoría estas serán publicadas en las cuentas anuales siguiendo la normativa legal vigente y publicadas en el Portal de Transparencia de la Organización cada año".
Ya en 2019, la decisión en Estatutos y Cuentas Anuales de remunerar al presidente de la CEOE con 350.000 euros brutos anuales levantó ampollas, por mucho que el flamante nuevo presidente de la CEOE dijese en aquel entonces que quería hacer de la "humildad" la principal característica de su mandato.
Pero la remuneración de Garamendi no termina aquí, ya que son muchos los consejos de administración en los que ha estado:
- Delegado general de La Equitativa SA en Vizcaya.
- Consejero-delegado de Bankoa SA, correduría de seguros.
- Presidente de Handyman SL
- Presidente del Grupo Negocios de Ediciones y Publicaciones SA (La Gaceta de los Negocios, Radio Intereconomía y Revista Dinero)
- Consejero de Babcock & Wilcox Española SA
- Consejero de Albura S.A.
- Consejero de Red Eléctrica de España Presidente de la comisión de Gobierno Corporativo y RSC.
- Consejero de Tubos Reunidos SA
- Vicepresidente de Entel Ibai SA
- Miembro de los Consejos Asesores de Alta Gestión SA, Sodexho SA y Sodexho Pass SA
Y ahora qué
Este mismo verano, Garamendi confesaba que su sueldo era de 300.000 euros como presidente de la CEOE (más 50.000 en complementos), pero consideraba que se trataba de un sueldo "humilde". Además, mostraba su indignación por la publicación y señalaba que era "demagógico" que se cuestionara su sueldo porque "es una empresa privada".
Pero su remuneración no termina aquí, ya que sigue participando en algunos consejos de administración. Mantiene actividad en los sectores del metal, construcción, inmobiliario, seguros y hostelería, participando como accionista o consejero en distintas empresas. Es consejero y vicepresidente de Aenor Internacional, y presidente de la Comisión de Nombramientos y retribuciones.
Las reticencias del "entorno"
Ya cuando se publicó su salario en las actas de 2019 hubo polémica a lo que Garamendi contestó con el mismo mantra de la humildad. Sin embargo, fuentes empresariales consultadas por Libertad Digital consideran que lo más llamativo no es tanto la magnitud de los emolumentos de Garamendi, sino el mérito para obtenerlos ya que, según nos dicen, "jamás se le conoció profesión concreta" y "todas sus empresas personales fracasaron".
En este sentido, nos recuerdan que Babacock & Wilcox, una de sus compañías, acabó cerrando. Lo mismo que sucedió con el Grupo Negocios, que también tuvo que cerrar.