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Controles de precios y cuotas raciales: las propuestas de Lula da Silva para Brasil

El líder socialista quiere reactivar el pobre crecimiento del país elevando los subsidios, el gasto público y la construcción de infraestructuras.

El líder socialista quiere reactivar el pobre crecimiento del país elevando los subsidios, el gasto público y la construcción de infraestructuras.
Lula da Silva celebra la victoria junto a su esposa y sus colaboradores. | EFE

El socialista Lula da Silva será el próximo presidente de Brasil. Así lo han decidido el 50,9% de los brasileños que han acudido a las urnas en la segunda vuelta electoral, frente al 49,1% de apoyos que ha obtenido su rival y presidente saliente, Jair Bolsonaro.

De este forma, quien fuera ya presidente entre 2003 y 2010, volverá a ocupar el Palacio de la Alvorada, pese a que muchos de los brasileños sigan considerando a Lula como corrupto. El esquema de sobornos que se destapó después de abandonar el poder le llevó a la cárcel, y aunque sus condenas de corrupción fueron finalmente anuladas, da Silva nunca fue declarado inocente.

"A partir de enero de 2023, voy a gobernar para 213 millones de brasileños, no existen dos Brasiles, somos un único país, un único pueblo, una gran nación", ha señalado Lula en sus primeras palabras como ganador de las elecciones, prometiendo también luchar contra la violencia machista, el racismo o la discriminación.

Asimismo, el líder del Partido de los Trabajadores, ha reconocido que el país está "en una situación muy difícil", pero que aspira a "encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente", ha asegurado.

Una de las reacciones más relevantes a la victoria de Lula ha venido desde Bruselas, donde el vicepresidente económico de la Comisión Europea, ha afirmado que los Veintisiete "están preparados para hablar con el nuevo Gobierno cuando tome posesión y discutir sobre el modo de avanzar con Mercosur", ha indicado Valdis Dombrovskis. Hasta ahora, en Bruselas había habido recelos a negociar el tratado con Bolsonaro, al considerar que este aplicaba medidas contrarias a la lucha contra el cambio climático.

En este sentido, se espera que la victoria de Lula ayude a reactivar el pacto comercial, que podría dar un impulso a la economía brasileña. Aún así, el el peso de la agroindustria en el país sudamericano se ha disparado en los últimos años, representando ya el 28% del PIB. De hecho, incluso sin adherirse al Mercosur, Brasil se ha convertido en el tercer mayor exportador mundial de productos agrícolas, solo por detrás de Estados Unidos y la UE, y con China como comprador principal.

Pero Lula no solo se encontrará con vientos de cola en la economía de Brasil. Al menos, no como los que se encontró durante su primer mandato. En los últimos diez años, el crecimiento económico del país ha promediado un raquítico 0,3% anual, menos de la mitad de la tasa de crecimiento de la población, según recalca The Economist.

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Brasil lleva más de una década creciendo menos que la media mundial. The Economist.

Las propuestas de Lula

Con el objetivo de impulsar el pobre crecimiento de la economía de Brasil, Lula ha defendido unos planteamientos de carácter marcadamente izquierdista. Sin embargo, la web que contiene su programa oficial no ofrece apenas detalle sobre sus propuestas, y se limita a enumerar de manera superficial 13 compromisos de da Silva.

De entre estos compromisos, el próximo presidente de Brasil apuesta por eximir del impuesto sobre la renta a quienes ganen menos de 5.000 reales (965 euros) y rebajarlo a las clases medias. Paralelamente, aunque no aparece en el programa, Lula ha defendido aumentar notablemente los impuestos a las rentas altas, aunque no ha especificado en qué medida.

Asimismo, el programa de da Silva promete subir el salario mínimo "ajustándolo por encima de la inflación". Una medida que, sin una implementación y evaluación adecuadas, podría dificultar la creación de empleo.

Además, el líder socialista aspira a "facilitar el acceso al crédito a las pequeñas empresas" con nuevas líneas de crédito público a través del banco estatal BNDES. Y también quiere que se negocien las deudas de las familias brasileñas y eliminar a las que sean morosas de las listas de evaluación de crédito como SPC o SERASA.

Por otro lado, Lula quiere aumentar el control del Estado en la economía, y para ello necesita incrementar el gasto público. Es por ello que ha propuesto eliminar el techo de gasto, una enmienda constitucional de 2016 que impone un tope al crecimiento de los desembolsos del Estado.

Como parte de este incremento de gastos, da Silva quiere becar a las familias con una renta garantizada "para alimentar a los más pobres y hacer girar la rueda de la economía". Esta se situaría en 600 reales mensuales (116 euros), con un plus de 150 reales por hijo menor de 7 años (22 euros).

Adicionalmente, el presidente electo quiere garantizar alimentos para 33 millones de personas, para "sacar a Brasil del mapa del hambre". Como parte de este objetivo, el equipo de Lula ha prometido aumentar los apoyos (subvenciones) para los productores de alimentos, controlar el precio del diésel, así como crear un mecanismos de "stocks" reguladores de los precios de los alimentos a través de la Compañía Nacional de Abastecimiento. "Esto va a servir para que el Estado pueda ingresar al mercado cuando exista una reducción de la producción de algunos alimentos", detalló da Silva en septiembre.

También se propone implementar un agresivo programa de construcción de "vivienda popular", el "mayor de la historia de Brasil". Y en la misma línea, Lula también ha prometido poner en marcha de una gran plan de obras públicas y nacionalizar completamente la eléctrica Eletrobras.

Todo ello, a la par que se crea un programa para "acercar la atención médica a las familias de todo el país", se amplía el programa de "farmacia popular" para ofrecer medicamentos a bajo costo, o se expande el acceso de los jóvenes a la educación superior, por ejemplo, imponiendo "cuotas raciales y sociales" o pagando "becas de permanencia" a los estudiantes con menos recursos. Y, cómo no, también se creará un Ministerio de la Mujer.

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