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Almeida pone en jaque la transformación de comercios en viviendas: "Miles de locales se convertirán en nidos de ratas"

Dar una segunda vida a los comercios es una eficaz solución para abaratar el precio de la vivienda en las grandes ciudades.

Dar una segunda vida a los comercios es una eficaz solución para abaratar el precio de la vivienda en las grandes ciudades.
Almeida y las reformas en locales. | LD

El precio de la vivienda es una de las principales problemáticas de grandes ciudades como Madrid, con una una oferta que no es capaz de cubrir la alta demanda de inmuebles. Sin embargo, se está dando un fenómeno que podría convertirse en el salvavidas de los inquilinos y compradores que no encuentran un piso acorde a sus bolsillos: convertir los locales vacíos en viviendas.

El auge del comercio online está aniquilando a la tienda física y cada vez son más los locales que están poniendo fin a su actividad a lo largo y ancho de nuestro territorio. Dar una segunda vida a estas propiedades sería una solución eficaz para abaratar el precio de la vivienda, pero el Ayuntamiento de Madrid se ha empeñado en poner trabas a estas transformaciones.

"No hay juez más justo que el mercado"

A día de hoy, la superficie mínima para construir una vivienda en Madrid es de 38 metros cuadrados, aunque puede reducirse a 25 metros cuadrados excepcionalmente si lo que se construye es un estudio, donde el dormitorio, la cocina y el salón están abiertos. En el caso de las viviendas turísticas, la superficie mínima puede ser de 11 metros cuadrados.

Sin embargo, el Consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida aprobó el pasado mes de junio una modificación del Plan General de Ordenación Urbana para impedir tanto la excepcionalidad de los 25 metros como el tratamiento especial de las viviendas turísticas, que deben ser consideradas con los mismos requisitos de las residenciales. El coto a las viviendas turísticas ya está en vigor y la obligatoriedad de que todas las viviendas que se construyan en Madrid (residenciales o turísticas) deban ostentar una superficie de la vivienda mínima de 40 metros cuadrados (por encima también de los genéricos 38) se encuentra suspendida hasta su aprobación definitiva.

Jon Goitia asegura a Libre Mercado que la nueva normativa de Almeida pone en jaque a negocios como el suyo, especializados en el cambio de uso de locales a viviendas. Este arquitecto, que lleva desde 2018 transformando comercios en casas en Madrid, rechaza que tengan que ser los políticos los que decidan a qué construcción se le da la definición de vivienda y a qué no. "No hay juez más justo que el mercado. Si yo hago unas viviendas de 12 metros cuadrados y me las como con patatas, ya sé que las tengo que hacer más grandes" señala. El arquitecto asegura que "hay mucha incertidumbre sobre si va a entrar o no la obligación de los 40 metros cuadrados en la aprobación definitiva del texto, que se estima ara febrero o marzo del año que viene".

En la siguiente imagen se observa la transformación que ha hecho Goitia del comedor de un restaurante en una vivienda turística (sacó dos de ellas en ese espacio). "Si las habitaciones de hotel no tienen límites de metros cuadrados, como es lógico, ¿por qué los tienen que tener las viviendas turísticas?" se pregunta.

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"Quedarán convertidos en nidos de ratas"

Para Goitia, la idea de Almeida de obligarle a hacer más grandes las viviendas que comercializa es "un sinsentido porque no es lo que la gente quiere o puede pagar. Es como si te obligan a vender un coche del tamaño mínimo al del Opel cuando el más vendido es el Ibiza".

En muchas ocasiones, las viviendas de este arquitecto han sido víctimas de las críticas de la izquierda, que no las considera dignas y claman por imponerle todo tipo de restricciones a su negocio. "Mi perfil de clientes son los jóvenes que buscan su primera vivienda, ya sea para alquilar o para comprar. Si no son mis casas, que se las doy a estrenar, la única opción que les queda es vivir con sus padres o compartir piso. Ellos están encantados porque tienen las casas nuevas más baratas que hay en Madrid por 140.000 euros de compra y 750-800 de alquiler" asegura. En la siguiente imagen se observa la transformación de un antiguo local de una iglesia en vivienda.

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El empresario asegura que "cada vez son más los inmuebles que se quedan vacíos a un buen precio por el éxito del comercio online. Fruterías, carnicerías... menos las peluquerías, a las que hay que ir allí, todo lo que se pueda vender por internet acabará desapareciendo de las calles" vaticina. Goitia ha llegado a "sacar siete viviendas de un solo local. Con a norma de Almeida no podré".

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Sobre este negocio pesa la cantidad de trámites burocráticos que hacen falta para llevar a cabo el cambio de local a vivienda. "No puede estar bajo rasante, tiene que estar adaptado para personas con discapacidad aunque no viva en él ningún discapacitado, tiene que tener asociado un garaje ..." enumera Goitia.

Ahora, con la nueva norma que acaba de poner en marcha el Ayuntamiento de Madrid (la de las viviendas turísticas) y la que podría aprobar en febrero (la de los 40 metros para todas) se añade otro palo más en la rueda. "Es un desincentivo a seguir invirtiendo en este sector y lo que va a generar es que los locales se queden vacíos sin que nadie quiera invertir dinero en reformarlos. Miles de ellos quedarán convertidos en nidos de ratas generando humedades e insalubridad a sus vecinos" augura.

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