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Los datos de producción industrial desmienten el optimsimo económico del Gobierno y avanzan la llegada de una recesión.

Un nuevo indicador desmiente a Calviño y avanza la llegada de la recesión

Los datos de producción industrial desmienten el optimsimo económico del Gobierno y avanzan la llegada de una recesión.

La actividad del sector manufacturero español se desploma tanto en la variable de producción como en la de nuevos pedidos. Así lo refleja el último informe de S&P Global que ahora se integra a IHS Markit. Se trata del índice PMI del sector manufacturero español que caía no sólo por debajo de los 50 puntos que marcan ya contracción económica sino que cae a plomo hasta los 44,7 puntos.

Se trata de la caída a un ritmo más intenso desde mayo de 2020, un descenso que fue aun más pronunciado en el caso de los nuevos pedidos por la fuerte debilidad de la demanda en un entorno de incertidumbre e inflación que mantiene atenazados los presupuestos familiares en España. También a los pedidos para exportación.

Precisamente el factor que explica este deterioro es la inflación, que afectó a la demanda y que llevó a los fabricantes a subir de nuevo los precios en octubre, presionados por los mayores costes tanto de energía como de materias primas.

Ante esta situación, las empresas redujeron sus compras por quinto mes consecutivo -se experimentó una caída en las existencias tanto de materias primas como de productos terminados- y también sus plantillas, que sufrieron la mayor contracción desde junio de 2020.

La confianza sobre la evolución futura de la actividad cayó al nivel más bajo desde mayo de 2020 debido a la elevada incertidumbre económica y financiera, la alta inflación y las malas perspectivas de demanda.

Este indicador se suma al resto que avanzan una recesión para comienzos del próximo año, como el indicador de precios industriales o el frenazo del mercado de trabajo, así como la contracción acelerada del crecimiento del PIB mientras que la deuda, el déficit y el gasto público se disparan.

En esta situación, cada día sorprende más el pretendido optimismo del Gobierno, de la mano de Nadia Calviño, María Jesús Montero o José Luis Escrivá, empeñados en tachar de agoreros a todos aquellos que advierten de la debilidad económica de España.

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