El ministro de Finanzas del Reino Unido, Jeremy Hunt, ha confirmado hoy jueves que el país ya ha entrado en recesión y que deberán hacerse esfuerzos para reducir el endeudamiento de la Administración.
Concretamente, el ministro conservador ha presentado en la Cámara de los Comunes el esperado plan fiscal con el que el Gobierno de Rishi Sunak pretende aumentar en unos 25.000 millones de libras (28.555 millones de euros) la recaudación, a la par que recortar el gasto público en 30.000 millones de libras (34.266 millones de euros). Dicho plan estará centrado en tres pilares: la estabilidad financiera, el crecimiento económico y la protección de los servicios públicos.
La subida de la recaudación se logrará, entre otras medidas, mediante un aumento de la tasa aplicada a las ganancias extraordinarias de las empresas energéticas, así como a una reducción del umbral del tramo superior del impuesto sobre la renta que hará que se incluya a más declarantes en esa franja impositiva. En concreto, el tramo comenzará desde las 125.140 libras (143.159 euros), frente a las 150.000 libras (171.600 euros) actuales.
Por otro lado, como ya se confirmó en octubre, el Impuesto sobre Sociedades aumentará en Reino Unido hasta el 25% desde el actual 19% a partir de abril de 2023 –tal y como había acordado el Gobierno encabezado por Boris Johnson– en contra de la propuesta inicial de la ya ex primera ministra, Liz Truss, que pretendía anular esta subida impositiva.
Asimismo, a partir del 1 de enero de 2023, el impuesto sobre los beneficios energéticos de las empresas de petróleo y gas aumentará del 25% al 35%, y se mantendrá vigente hasta el final de marzo de 2028. La medida difiere de la adoptada por España, ya que el impuesto extraordinario de Sánchez grava los ingresos y no los beneficios, generando un castigo arbitrario y exagerado a las compañías.
Además, se impondrá un nuevo gravamen temporal del 45% para los generadores de electricidad, mientras que el ministro ha anunciado que "a partir de 2025, se introducirá el impuesto de circulación para los vehículos eléctricos para que todos los conductores comiencen a pagar una parte justa". Y, adicionalmente, la asignación de dividendos libres de impuestos se reducirá de 2.000 libras a 1.000 libras el próximo año, y a la mitad a partir de abril de 2024, mientras que el monto anual exento en el impuesto sobre ganancias de capital se reducirá de 12.300 libras a 6.000 libras el próximo año y hasta 3.000 libras a partir de abril de 2024.
Recesión en 2023
En su comparecencia ante el Parlamento Británico, el titular de Hacienda ha confirmado los pronósticos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), que apuntan a una expansión del PIB del Reino Unido del 4,2% este año, frente al 3,8% previsto en marzo. Todo ello, pese a que ha anunciado que el país ya ha entrado en recesión. Además, los indicadores avanzan una contracción del PIB del 1,4% en 2023, frente al crecimiento previsto anteriormente del 1,8%. A más largo plazo, las proyecciones de la OBR apuntan a un crecimiento del PIB del Reino Unido del 1,3% en 2024, ocho décimas menos de lo esperado anteriormente.
En cuanto a la galopante inflación que sufre el país, el nuevo cuadro macroeconómico del Gobierno británico anticipa una subida de los precios del 9,1% en 2022, por encima del 7,4% previsto en marzo, que se moderará en 2023 hasta el 7,4%, en vez del 4% esperado anteriormente.
En su comparecencia, el canciller británico ha defendido que la declaración fiscal otoño representa un "camino equilibrado hacia la estabilidad", con una consolidación fiscal total de unos 55.000 millones de libras (62.919 millones de euros), lo que implica "tomar decisiones difíciles".
"Hay una crisis energética global, una crisis de inflación global y una crisis económica global. Pero hoy con este plan de estabilidad, crecimiento y servicios públicos, enfrentaremos la tormenta. Lo hacemos hoy con resiliencia británica y compasión británica", ha defendido Hunt.
"Cualquiera que diga que hay respuestas fáciles no está siendo sincero con el pueblo británico": algunos abogan por recortes de gastos, pero eso no sería compatible con servicios públicos de alta calidad", ha defendido el ministro, al mismo tiempo que ha asegurado que "los impuestos altos dañan las empresas y erosionan la libertad".
Así que, su solución pasa por una mezcla entre ambos males necesarios: subidas de impuestos y recortes de gastos. "Es un plan equilibrado para la estabilidad", ha apostillado.