España está decidida a seguir con sus pasos en favor del ecologismo ultra. Y lo ha hecho abiertamente uniéndose a las comunistas Venezuela, Cuba, Argentina o Perú en una estrategia conjunta contra el cambio climático, aprovechando la cumbre del clima de Egipto.
España forma parte ya de manera oficial del grupo de países iberoamericanos que han acordado una declaración para dar "una respuesta conjunta a las crisis de cambio climático y de biodiversidad", tal y como señala la documentación oficial de los acuerdos cerrados en Egipto.
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha sido la encargada de utilizar la presencia de España en la Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático (RIOCC) para unir las políticas españolas en materia de ecologismo a las de el resto de países firmantes. Un grupo en el que hay un fuerte componente de Gobiernos comunistas.
Contra la pérdida de biodiversidad y cambio climático
Todo se ha fraguado en una de las reuniones celebradas en Sharm El-Sheikh (COP27). Allí, España y el resto de mandatarios iberoamericanos presentes en la reunión adoptaron una declaración "para actuar con urgencia contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático", según confirma el Gobierno de España.
Según todos ellos, "la pérdida creciente de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas, que se han visto aceleradas por el cambio climático, ya son riesgos clave para todas las regiones sin excepción". Y, por ello, han considerado necesario adoptar un "enfoque integrado para detener la pérdida de biodiversidad, la degradación de suelos y el cambio climático".
Porque, según la ministra Ribera, "hasta la fecha, la gran mayoría de las políticas para estas crisis ambientales se han desarrollado de forma independiente, pero solo podrán resolverse si se abordan de forma conjunta".
Tópicos del ecologismo ultra
Y de ese espíritu, dice el Gobierno español, ha surgido la "Declaración de los ministros de la RIOCC para unir nuestras voces y señalar que esta década representa una ventana crítica para abordar estas crisis interdependientes".
La declaración en sí es todo un cúmulo de tópicos del ecologismo ultra. Destaca que hay que encontrar "soluciones basadas en la naturaleza", que las medidas deben ser concebidas como "soluciones trasformadoras que promuevan la resiliencia de los ecosistemas naturales", o que los pasos a adoptar deben responder a la amenaza "clave" del "cambio climático".
Pero, más allá de los puntos concretos plasmados en la declaración, es representativa la composición de la Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático (RIOCC). Se trata de una organización creada en el año 2004 por el Foro Iberoamericano de Ministros de Medio Ambiente con el principal objetivo de "mantener un diálogo fluido permanente para conocer mejor las prioridades, retos y experiencias de los países iberoamericanos", destaca el Gobierno.
La RIOCC se ha convertido en una de las iniciativas "más consolidadas de trabajo en red en la región, en donde el intercambio de experiencias y el fortalecimiento de las instituciones ha sido desde los inicios una prioridad", añaden desde Moncloa.
Y es verdad que su composición alberga distintos países. "Pertenecen a la RIOCC oficinas de cambio climático de 22 países: Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela". Pero significa que algunos de los principales alfiles comunistas en estos momentos se encuentran en esta organización con la que España se ha comprometido a coordinarse en materia de reformas ecologistas. Es el caso de Venezuela, Cuba, Perú, Colombia o Argentina.
Y desde el Gobierno español destacan la importancia de esta Oficina Española de Cambio Climático (OECC), que "ha asumido desde sus inicios el papel de Secretaría de la RIOCC llevando a cabo las labores de coordinación y organización de las diferentes actividades.