Aunque la adicción de los políticos por la obra pública es de sobra conocida por todos, siguen llamando la atención casos como el de la Puerta del Sol, que se ha convertido en una auténtica obsesión para los alcaldes de Madrid.
En los últimos años, la emblemática plaza desde donde nacen las seis carreteras radiales españolas ha sido objeto de todo tipo de proyectos urbanísticos. Bancos que desaparecen, árboles que cambian de sitio, pavimento levantado una y otra vez, una polémica cristalera en forma de ballena... A la hora de cumplir con los caprichos de los regidores madrileños, el dinero del contribuyente parece que fuera infinito.
Ahora, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha puesto en marcha otra remodelación de la Puerta del Sol. Aunque el consistorio promete que las obras habrán terminado para Nochevieja, actualmente, el icónico enclave está invadido por grúas, vallas, adoquines y palets. Tanto esfuerzo han puesto en la excavación, que esta misma semana hasta han descubierto restos arqueológicos en la zona.
El proyecto de Almeida plantea "la peatonalización total y definitiva de la plaza y de todas las calles que convergen en ella", asegura el Consistorio. El Ayuntamiento de Madrid está fulminando el pavimento existente para poner otro que dure más. Las nuevas losas y adoquines "contarán con los espesores suficientes para minimizar su deterioro y rotura con el paso del tiempo" señalan. También eliminarán muchos elementos (como la tan criticada cristalera en forma de ballena) para añadir otros parecidos. Así, habrá "un recinto de vidrio con forma oval que contribuirá a liberar a la plaza, en lo posible, de uno de los obstáculos que impedían una visión total del espacio" explican.
Además, habrá "una línea de bancos que se dividirá en ocho partes" y las actuales fuentes desaparecerán para levantar otra "con forma oval que acogerá en su interior la estatua ecuestre de Carlos III". La faraónica obra supondrá un coste de 10,7 millones de euros para el contribuyente. Por ese precio, el presidente de la Asociación Española de Técnicos Urbanistas, José María Ezquiaga, echa de menos "zonas verdes" y considera que "se podría aprovechar el talento de los arquitectos responsables del proyecto para pensar un poco más en los mayores poniendo respaldo a los bancos y materiales que no sean fríos, como la madera" comenta a Libre Mercado.
Gallardón, precursor de las políticas anticoche
En 2009, Alberto Ruiz Gallardón también se fijó en la Puerta del Sol para llevar a cabo uno de sus proyectos. Por tanto, han pasado apenas 13 años desde que se ejecutara la obra de Gallardón y ahora Almeida ya ha vuelto a condenar a esta zona a más meses de zanjas y vallas.
El objetivo de Gallardón fue peatonalizar el 83% de la emblemática zona y el espacio para los viandantes pasó de 6.681 metros cuadrados a 10.466. Para costear su idea, Gallardón se hizo con 4,6 millones de euros del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL) ligado al despilfarrador Plan E de Zapatero. Por entonces, el agujero de las arcas municipales madrileñas era tal, que la deuda pública del Ayuntamiento rondaba los 7.000 millones de euros, lo que supuso multiplicar por más de seis, un 500% más, el pasivo de 1.100 millones que se encontró el regidor cuando llegó al cargo en 2003.
"Si hoy hemos atravesado la Puerta del Sol, desde Arenal, y llegar hasta el cruce de Alcalá y Sevilla sin que un solo vehículo entorpezca nuestro paso, se debe a la audaz decisión que en 2003 adoptó el Gobierno de la Ciudad por implantar una nueva cultura de movilidad urbana, que combina un eficaz sistema para desplazarse por la ciudad con nuevas oportunidades de redescubrir y reencontrarse con espacios hasta ahora invadidos por el automóvil" celebraba Gallardón, precursor de las políticas anticoche, cuando inauguró el proyecto.
El monumental proyecto de Gallardón estrenó nuevos bancos, aparcabicis, árboles, farolas y bolardos, aunque uno de los cambios más sustanciales fue la creación de una estación de Cercanías con la acristalada -y criticada- ballena. También se modificó la ubicación del Oso y el Madroño.
El proyecto de Almeida heredado de Botella
Ya con Ana Botella ya en la alcaldía, la idea de volver a modificar la Puerta del Sol no tardó en llegar. En 2013, solo cuatro años después de que Gallardón acabara su obra, la alcaldesa empezó a recopilar ideas para llevar a cabo otro diseño "definitivo". Previamente, Botella había calificado la reforma de Gallardón de "un poco dura". La popular quería más árboles y hasta veladores y terrazas. El dinero del contribuyente volvía a estar en juego.
En 2014, el proyecto El Sol del Membrillo de Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez ganaba el concurso de Botella, aunque su ejecución quedaba en el aire con la llegada de Manuela Carmena a la alcaldía. Durante el cargo Carmena, la líder de Ahora Madrid también ejecutó obras de menor relevancia en la zona, como la conexión a pie de la Puerta del Sol con la plaza de Jacinto Benavente al suprimir el tráfico en la calle de Carretas. Pero es precisamente el proyecto de Botella el que ha rescatado ahora Almeida. Cabe preguntarse si era necesario.