Al Gobierno en pleno y, especialmente, a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, le encanta presumir, dicen, de haber eliminado la temporalidad laboral en España. Lo que en realidad hicieron en la reforma laboral fue cambiarles el nombre y, por arte de magia, decir que había desaparecido, sin embargo la temporalidad de los contratos evidencia que ese problema de nuestro mercado laboral, lejos de desaparecer, se ha acentuado.
