La eficiencia energética es fundamental para las empresas. No sólo es una fórmula de recortar costes y mejorar la competitividad, sino que también disminuye el impacto ambiental y refuerza el valor como marca sostenible. Reducir el gasto energético del negocio requiere de precisión, disciplina y organización. Una buena forma de ahorrar energía pasa por saber sacar el máximo partido al espacio de trabajo, pues aprovechar la disposición del lugar con inteligencia es la mejor manera para ser un eco negocio.
Banco Santander, a través de su portal Impulsa Empresa, repasa las principales claves para un proyecto de ahorro de energía basado en tres pilares: comunicación, inversión y aprovisionamiento. En esta plataforma, autónomos, emprendedores y compañías de cualquier tamaño pueden encontrar contenidos relevantes y exclusivos para ayudarles a crecer, digitalizarse, internacionalizarse y dar un paso en el camino hacia una economía más verde.
Respecto a la comunicación, su influencia es clara en el centro de trabajo. Todos los equipos, en los diferentes niveles, deber estar concienciados sobre una serie de comportamientos y hábitos. Por ejemplo, aprovechar la luz natural, pues las muchas horas de sol que recibe al año nuestro país constituyen una ventaja estratégica. Por un lado, se evita encender los halógenos, y a la vez se recibe la radiación solar que influye positivamente en el ánimo y beneficia la salud de los trabajadores.
Otra táctica es la planificación horaria, pues a lo largo de la jornada hay períodos más costosos que otros. Una recomendación es tener un diagrama que permita recalibrar las prioridades laborales en función de los costes energéticos, de forma que aquellas que exijan mayor consumo coincidan con los tramos más económicos. También es aconsejable realizar un análisis del consumo que permita detectar malos hábitos, personal desinformado, lastres técnicos y maquinaria problemática para poner en marcha acciones específicas y elaborar soluciones de manera sencilla.
En cuanto a la inversión, se trata de trazar un plan de ahorro. Por ejemplo, una estrategia de renovación progresiva de aquellos equipos electrónicos antiguos que, aunque a primera vista parecen funcionales, tienen un alto consumo eléctrico, como ordenadores, impresoras, neveras, aparatos de aire acondicionado... La idea no es pedir un crédito para renovar de golpe todos los dispositivos conectados a la red eléctrica, pero sí hacerlo poco a poco y lograr tener un equipamiento que cuente en su totalidad con la calificación A, la de aquellos aparatos capaces de reducir el gasto eléctrico en un 55%.
La misma planificación debería aplicarse con la iluminación. Las luces LED son más duraderas y permiten un ahorro del 80% en comparación con la iluminación incandescente tradicional. Cada empresa tiene características y necesidades específicas, pero hay instrumentos de evaluación y detección que pueden ayudar a optimizar el gasto de luz. Entre ellos, los sensores de proximidad (especialmente útiles en los cuartos de baño) o el equipamiento de iluminación por áreas funcionales.
Finalmente, el aprovisionamiento hace referencia al tipo de contratación del suministro, que debería tener condiciones competitivas o un contrato específico para empresas. En este sentido, es importante contactar con la compañía proveedora, exponer las características y necesidades del negocio y buscar una solución contractual optimizada, teniendo en cuenta los picos horarios y las particularidades de la actividad. La mayoría de energéticas disponen de paquetes específicos para pymes, por lo que es importante revisar las distintas ofertas y utilizar comparadores online de tarifas eléctricas para determinar cuál podría ser la más adecuada.
Las empresas cuentan con una serie de subvenciones y ayudas estatales para llevar a cabo las operaciones para optimizar el consumo eléctrico. Una herramienta útil es la Base de Datos Nacional de Subvenciones, que ofrece un completo buscador con el que consultar las convocatorias estatales, autonómicas y municipales. También hay buscadores de ayudas y subvenciones europeas para localizar aquellas que mejor se adapten a cada necesidad.
Banco Santander ofrece una plataforma sobre Ayudas y Fondos Europeos, un servicio integral que permite a las empresas acceder a toda la información sobre las convocatorias de proyectos con cargo a estos fondos, subvenciones y licitaciones de todas las administraciones públicas y que, además, incluye el servicio de asesoramiento personalizado en la tramitación. Este proyecto, creado en colaboración con KPMG y LocalEurope, ya ha tenido 200.000 visitas, cuenta con más de 16.000 usuarios y ha permitido que desde la entidad se asesore a más de 5.000 clientes que se están diseñando proyectos de crecimiento empresarial, por valor de casi 400 millones de euros.
El grupo financiero apuesta por convertirse en líder mundial en finanzas verdes y ayudar a sus clientes a abordar la transición hacia una economía más sostenible. La apuesta del banco que preside Ana Botín se ha consolidado en los últimos años, con una amplia oferta de financiación de proyectos, préstamos sindicados, bonos verdes, asesoramiento, y otra serie de productos y servicios. Uno de sus compromisos del Santander es movilizar 120.000 millones de euros de financiación verde hasta 2025 y 220.000 hasta 2030, y de momento ya suma 78.658 millones desde el 2019 y avanza a paso firme para conseguir su objetivo.