Lío en la Asamblea de Madrid. El grupo parlamentario de Vox ha votado en contra del dictamen que habría permitido tramitar los presupuestos regionales que propuso el gobierno de Isabel Díaz Ayuso de cara al ejercicio 2023. Los 8 votos a favor del PP se han quedado en minoría ante los 9 que han emitido Vox y las formaciones de la izquierda (Más Madrid, PSOE y Podemos). Por lo tanto, la cámara regional ni siquiera debatirá las cuentas que propuso el gabinete de Ayuso.
La ruptura entre PP y Vox no ha sido del todo una sorpresa, porque ambas formaciones venían distanciándose desde hace varias semanas. El grupo parlamentario que encabeza Rocío Monasterio anunció hace semanas que se abstendría en la votación, postura que se endureció en los últimos días, hasta consolidar el paso al "no".
Desde el PP consideran que "Vox ha votado en contra para hacer daño al proyecto político de Isabel Díaz Ayuso. Nunca quisieron llegar a un acuerdo. Nosotros hemos tratado a Vox como nuestro único socio posible y llevamos dos meses esperando a poder abrir una negociación. Cuando por fin movieron ficha, lo hicieron a escasas horas del debate de los presupuestos y pretendieron imponernos 86 puntos. Nosotros les hicimos una contrapropuesta a la mayor brevedad, incluyendo sus principales reclamos. Su respuesta fue levantarse de la mesa en menos de dos minutos. Después presentaron sus enmiendas fuera de plaza, por torpeza o como truco para evitar el debate. De todas ellas, un tercio no habrían podido ser discutidas porque contenían errores técnicos. Y lo peor de todo es que luego han alegado que se ha producido un fallo informático, cosa que ya han negado los profesionales de la Asamblea de Madrid".
Ante esta circunstancia, el PP defiende que "la Comunidad de Madrid seguirá funcionando. Prorrogaremos los presupuestos, como ya hicimos en 2020 y 2021. De esta forma podremos mantener la calidad de los servicios públicos, ejecutar los fondos europeos que vayamos recibiendo y hacer frente a cualquier necesidad o eventualidad. Pero había cosas muy interesantes en estos presupuestos. Ampliábamos el presupuesto de Atención Primaria, acelerábamos la reducción de las listas de espera, financiábamos nuevos centros d salud y la reforma de tres hospitales, invertíamos en mejorar las residencias de mayores, consignábamos más ayudas a la maternidad…".
Por su parte, los de Monasterio se defienden de las críticas y trasladan que "Vox ha sido un socio leal durante toda la legislatura, apoyando hasta 19 leyes del PP, muchas veces a cambio de nada. Lo único que pedíamos era que se adoptase alguna de nuestras enmiendas, por ejemplo para bajar los impuestos a los madrileños, pero no han querido elegir ni incluir ninguna de las propuestas que hemos llevado a la mesa de negociación. Hemos esperado hasta el último segundo a la espera de una propuesta que pudiéramos asumir, pero no ha llegado".
El reglamento de la Asamblea no obliga a aprobar las cuentas antes de enero y, de hecho, Ayuso ya sacó adelante uno de sus presupuestos en el mes de marzo. Por tanto, cabe seguir negociando para buscar una solución. Otra fórmula posible habría consistido en sumar fuerzas para apoyar primero las cuentas presentadas por el PP, pero con el compromiso de realizar después las modificaciones presupuestarias que hayan sido acordadas por la formación popular y los legisladores de Vox. Sin embargo, a nadie escapa que el próximo mes de mayo hay elecciones autonómicas, lo que sin duda complica sobremanera un acercamiento entre las partes.