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Las tiendas de mascotas se enfrentan a la quiebra con la ley animalista de Belarra: "Las abuelas quieren un periquito"

Hay en juego más de 200.000 puestos de trabajo en un sector que mueve 3.500 millones de euros al año: "Los padres no saben si comprar un hámster"

Hay en juego más de 200.000 puestos de trabajo en un sector que mueve 3.500 millones de euros al año: "Los padres no saben si comprar un hámster"

Las tiendas de mascotas y los fabricantes de alimentos y complementos para animales exóticos se enfrentan a su propia desaparición si finalmente sale adelante la ley de Bienestar Animal propuesta por el ministerio de Ione Belarra. Están en juego más de 200.000 empleos directos e indirectos en un sector que anualmente supone 3.500 millones de euros. Muchos criadores ya se están planteando trasladar su negocio a otros países, pero los pequeños propietarios de las tiendas de barrio, que ya están sufriendo los efectos económicos de una ley todavía no aprobada, se ven abocados al cierre.

Susana es la propietaria de Aquarium pajarería, un pequeño establecimiento con 44 años de historia que podría tener los días contados. "La verdad es que es duro por la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar ni si podremos seguir adelante. Y es muy triste. Hasta los clientes están asustados porque no saben qué pueden comprar y a nosotros no nos informa nadie."

La ley de Bienestar Animal plantea la creación de un "listado positivo" con aquellos animales que el ministerio de Belarra nos permitirá tener como mascota. Todo apunta a que será una lista muy corta porque, según el texto de la ley, se prohibirán los animales que transmitan enfermedades (prácticamente todos, aunque afectará especialmente a las tortugas), las invasoras (hámster, conejos, periquitos, cotorras…) y todas las exóticas que no estén presentes de forma natural en España (loros, guacamayos, iguanas, camaleones, tortugas…).

Sandra y Yeray trabajan en Tropical Zoo. Aseguran que aunque la ley no se ha aprobado, ya están sufriendo sus efectos: "Se ha notado muchísimo. La misma semana que salió anunciado en los medios el anteproyecto, no venía nadie a la tienda y nos planteábamos cerrar." Normalmente las ventas repuntan antes de Navidad, pero este año la incertidumbre de los clientes ha reventado la campaña.

"Muchos clientes, sobre todo los más mayores, vienen a decirme que me traen a los animales que tienen en casa porque no saben qué hacer con ellos. Hay padres que no saben si comprar un hámster porque si la ley sale adelante se preguntan qué hay que hacer, si les van a entrar en casa para ver qué animales tienen. Los padres quieren que sus hijos crezcan con un hámster y están en la incertidumbre", explica Sandra. "O las abuelitas, que quieren un canario o un periquito que les haga compañía, que les gusta oírles cantar y suelen estar sueltos por casa", añade Yeray.

200.000 empleos y 3.500 millones al año

Además de la pérdida en biodiversidad que sufrirá España, la ley animalista también supondrá un desastre económico para los propietarios de tiendas de mascotas y para las arcas del estado, según explica B. Luis Olmedo, miembro de la junta directiva de la Federación FAUNA.

"Hay 2.586 comercios y tiendas de animales exóticos con una media de tres empleados por tienda, es decir, unos 8.000 puestos de trabajo aproximadamente. Si nos centramos en lo económico, estamos hablando de 140.000 euros de facturación de media por tienda. Esto supone que, de cara a las arcas públicas en materia de tasas e impuestos, estamos hablando de pérdidas de 70 millones de euros para arriba al año. Es una barbaridad".

Yeray, de Tropical Zoo, incide en que la ley no solo les afecta a ellos: "No solo es el animal. Es todo lo demás: la alimentación, juguetes, chuches, ropa, correas, jaulas… Todas las fábricas que realizan esos productos, ¿qué va a pasar con ellos? Porque si nosotros hemos notado que han bajado las ventas hasta un 70% desde que salió publicado el anteproyecto, esto es una cadena. ¿Qué va a pasar con todos los que están detrás?"

AEDPAC, una asociación que representa al 80% de la industria vinculada a los productos y complementos para animales de compañía en España, asegura que el sector "genera más de 200.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos y mueve la cifra de 3.500 millones de euros al año". En un comunicado, AEDPAC ha pedido también la retirada de la ley: "Nuestra industria continua gravemente amenazada, máxime cuando las prohibiciones que nos afectan no presentan significativos avances en el bienestar animal".

Algunos profesionales del sector, especialmente los criadores, ya se están planteando mudarse a Portugal o Marruecos para poder continuar con su actividad, explica Olmedo, que también destaca el ahorro para las arcas públicas que suponen las tiendas de mascotas porque también son centros de acogida y realizan numerosas donaciones de comida y otros artículos a las protectoras. "Hablamos de gente que tiene vocación por esto, que es su vida, y que a causa de leyes como esta, va a desaparecer su modo de vida", lamenta.

Mercado negro de animales

Prohibir los animales exóticos que la gente habitualmente tiene en sus casas y se pueden adquirir de un modo controlado y seguro tanto para los propietarios como para los propios animales solo atraerá al "mercado negro", en opinión de los propietarios de tiendas de mascotas: "Seguirá habiendo venta de animales, pero en vez de ser legal y con todos los animales cuidados, será por detrás", afirma Yeray.

"Las tiendas especializadas reciben inspecciones higiénico-sanitarias permanentemente, de bienestar animal, registros de entrada y salida… Es un comercio muy regulado y vigilado y la mayoría de los vendedores tienen un grado de responsabilidad bestial a todos los niveles de cara a los animales", destaca Olmedo de FAUNA. "Decir que las tiendas tienen en el trastero a una perra explotada es falso. No tiene que ver con la realidad".

Tanto Sandra como Yeray lo confirman: "Nosotros siempre avisamos a los clientes de los años que dura una mascota, les asesoramos sobre los cuidados que necesitan y no vendemos animales a la gente que no vemos responsable".

"Son gente muy comprometida con esos animales", asegura Olmedo. "La gente que está legislando, utiliza el término comercio e intermediario de forma peyorativa. Pero esto es una vocación. No lo hacen por enriquecerse. Es su medio de vida, porque aman lo que hacen y tienen un respeto por la naturaleza y los animales que muchos de los que legislan deberían aprender".

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