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Así contaminan las élites que acuden a Davos a sermonear sobre 'sostenibilidad'

Los más de mil aviones privados desplazados a la cumbre contaminan más que 350.000 coches.

Los más de mil aviones privados desplazados a la cumbre contaminan más que 350.000 coches.
Aviones y jets estacionados el aeropuerto de Zurich durante el Foro Económico Mundial de 2023. | EFE

Todos los años, a finales de enero, la localidad suiza de Davos reúne a algunos de los políticos y empresarios más poderosos del mundo para la gran cumbre del Foro Económico Mundial. La cita empezó a celebrarse en la década de 1970, en torno al liderazgo del profesor Klaus Schwab. Originalmente, el cónclave permitía reunir a los primeros espadas del empresariado europeo. Con el paso del los años, la cita se volvió más internacional, pero también fue asumiendo un componente más político.

El cariz liberal característico de las primeras reuniones, estrechamente vinculado a temas propios de la expansión del capitalismo y la globalización, dio paso a planteamientos y discusiones cada vez más alejadas de los ideales del libre mercado. Los temas de conversación impulsados en Davos empezaron a referirse a la promoción de la "responsabilidad social" o el compromiso con el "desarrollo sostenible".

La deriva de Davos hacia estas posiciones ha hecho que las voces de la izquierda más radical denuncien la cumbre como un "blanqueamiento del capitalismo". Por su parte, la derecha populista sostiene que la reunión solo sirve para "imponer la agenda 2030 de las élites globalistas". La cuestión medioambiental genera más consenso: en Davos se habla mucho de sostenibilidad, pero a izquierda y derecha vemos que los críticos del Foro Económico Mundial coinciden en su denuncia de la hipocresía de las élites que se reúnen en Suiza y dejan una profunda huella medioambiental con sus desplazamientos en jet privado.

El pasado año, las cifras de emisiones registradas en la localidad de Davos se multiplicaron por cuatro a lo largo de la celebración del cónclave. El diario The Guardian, biblia del pensamiento izquierdista en Reino Unido, ha llegado a estimar que los más de mil aviones privados que aterrizaron en la localidad helvética generaron un aumento en la producción de CO2 equivalente a poner en circulación 350.000 coches.

Los datos, facilitados por la consultora holandesa CE Delft, muestran que más de 60 jets realizaron un recorrido inferior a los 100 kilómetros. Uno de los aviones contratados para acudir a Davos permaneció menos de 20 kilómetros en el aire. De igual manera, se estima que el 55% de los traslados podrían haberse realizado en ferrocarril, en viajes de menos de dos horas.

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