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Un incendio calcina la empresa de capones Cascajares: "Es una auténtica catástrofe"

El fuego, que se declaró esta madrugada, arrasó las naves de la empresa en Palencia. Ningún trabajador resultó herido.

El fuego, que se declaró esta madrugada, arrasó las naves de la empresa en Palencia. Ningún trabajador resultó herido.
Los bomberos se afanan en apagar el incendio declarado sobre las 3 de la mañana en la fábrica de la empresa Cascajares. | EFE

Un incendio ha calcinado esta madrugada las instalaciones de Cascajares, una empresa que comercializa comida preparada gourmet entre las que destacan los capones, el cochinillo el cordero y la pularda.

El fuego, que comenzó en un motor fuera de la fábrica pero dentro del recinto, destruyó por completo las dos naves que la compañía tiene en Palencia, una de ellas de oficinas y otra de almacenaje, con los congeladores que contienen la carne que emplean para sus productos. Ninguno de los empleados que trabajaban a esa hora resultó herido.

Las llamas arrasaron con todo, según fuentes de la empresa que calificaron lo ocurrido de "auténtica catástrofe". Ahora la compañía colabora con las autoridades para aclarar las causas del incendio.

A través de las redes sociales han agradecido el apoyo recibido de las instituciones locales y vecinos: "Vamos a volver. Estamos viviendo una catástrofe pero tenemos la fuerza para salir adelante y levantarnos con más fuerza. Gracias a todos por todo el aliento y la solidaridad que estamos recibiendo en estos duros momentos. Toda esa fuerza nos ayudará a volver más fuertes".

Cascajares fue fundada en 1994 por Alfonso Jiménez-Rodríguez y Francisco Iglesias cuando sólo tenían 19 años. Cuentan que partiendo de sus ahorros, 160.000 pesetas, consiguieron crear de la nada una empresa basada en la transformación de productos agroalimentarios. El primer producto fue un capón entero enlatado, cuenta la compañía, que aunaba "innovación y tradición". Después apostaron por otros productos, como las crestas de gallo, "un manjar de la cocina zamorana", y otros productos como pularda trufada, cochinillo o carrilleras.

El gran salto se produjo cuando consiguieron que sus capones se sirvieran en el banquete de boda de Don Felipe y Doña Letizia en 2004 después de que los empresarios se lo propusieran. A partir de entonces, las ventas del capón de Cascajares se dispararon y se construyó una nueva planta de elaboración en Dueñas, con una inversión de 1.200.000 euros, que ahora ha quedado arrasada por las llamas.

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