Borja Verea es Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto y máster en Administración Local y doctor en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela. Entre 2011 y 2020, formó parte del equipo económico de la Xunta de Galicia, bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Hoy, Verea lidera el PP de Santiago de Compostela y aspira a hacerse con la alcaldía de la capital gallega el próximo mes de mayo.
La política municipal de la bella localidad del noroeste español está muy agitada desde que salió a la luz la Trama Pichel. Esta presunta trama de corrupción salió a la luz hace escasos días, cuando trascendió que el equipo del socialista Sánchez Bugallo había alquilado una nave a una empresa vinculada con uno de los integrantes del gobierno local, el concejal José Manuel Pichel. El arriendo se habría pactado desoyendo un informe desfavorable de la Intervención y vulnerando asimismo la Ley de Contratos del Sector Público, puesto que la mercantil en cuestión debía más de 170.000 euros a la corporación santiaguesa.
La última encuesta elaborada por Sondaxe sitúa a Borja Verea como el aspirante con mayor intención de voto de cara a los próximos comicios locales, pero deberá alcanzar una mayoría absoluta para evitar un pacto entre los socialistas de Sánchez Bugallo y las distintas fuerzas vinculadas a la izquierda radical y el separatismo, caso de Compostela Aberta o el Bloque Nacionalista Gallego. El sondeo fue elaborado antes de que estallase la Trama Pichel, de modo que parece seguro que el tablero se sigue inclinando hacia los populares, si bien la batalla electoral de mayo se presenta reñida.
Libre Mercado ha entrevista al líder del PP compostelano para conocer su valoración de la Trama Pichel, hacer balance de la legislatura que está a punto de concluir y conocer sus propuestas para el ayuntamiento de Santiago de Compostela.
Cuanto más sabemos de la Trama Pichel, más precaria es la posición del alcalde socialista de Santiago de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo.
Desde hace tres semanas, las noticias que estamos conociendo son más graves y escandalosas… Todo empieza cuando hicimos público que un concejal socialista tiene una empresa a medias con el sindicato UGT. Luego divulgamos el contrato de alquiler que habría cerrado el ayuntamiento de Santiago con esa empresa. Después sacamos a la luz el informe de la Intervención que advertía de la necesidad de hacer contratos de este tipo en base a licitaciones competitivas y nunca mediante contratos "a dedo". Y finalmente ha trascendido que la empresa implicada debía cerca de 200.000 euros a la corporación local.
De modo que, cuanto más rascamos, vamos conociendo informaciones aún más escandalosas. Las preguntas siguen sin respuesta. ¿Por qué un concejal socialista tiene una empresa a medias con el sindicato UGT? ¿Los beneficios de esa empresa se repartían a medias? ¿Esto, presuntamente, cómo se llama? ¿Testaferro? Mientras no se respondan estas preguntas, los indicios parecen señalar que estamos antes una trama organizada del PSOE para el desvío de fondos públicos a empresas amigas.
Las encuestas le dan como favorito para ganar las elecciones municipales, aunque necesitará la mayoría absoluta para gobernar.
Nos encontramos ante un alcalde y un equipo de gobierno que no tienen ni ganas ni ideas. No han venido a mejorar la ciudad, sino a sumir a la capital de Galicia en un clima de franca decepción. Santiago es uno de los ayuntamientos que más tarde paga sus facturas, lo que está llevando a situación límite a muchos negocios locales. La concesión de licencias está paralizada por la burocracia y arrastra retrasos que llegan a ser de hasta dos o tres años. Los servicios básicos como el transporte público son indignos, con autobuses en un estado lamentable que se averían e incendian continuamente, con todo lo que esto supone en términos de movilidad y seguridad.
¿No tiene la sensación de que Santiago es una potencia turística muy desaprovechada?
Tenemos un casco histórico único en el mundo, no cabe duda, pero el Ayuntamiento está aplicando un veto a las inversiones turísticas, lo que impide desarrollar nuevos hoteles y alojamientos que rehabilitarían edificios en ruinas. Lo que querían era menos inversiones turísticas para atraer más vecinos, pero al final lo que tenemos es menos inversiones turísticas... y menos vecinos. Es lamentable, porque desde el año 2000 ha bajado un 25% el número de personas que residen en el casco histórico y esa tendencia se ha acelerado en los últimos años.
¿Acabarán con esa moratoria?
Sí, queremos revertir eso: frente a las políticas de prohibiciones queremos políticas de libertad, vamos a levantar el veto y volver a permitir el desarrollo de nuestra zona histórica.
¿Qué otras medidas quieren llevar a cabo? La corporación santiaguesa es notoria por su monstruosa burocracia…
También hemos propuesto la apertura de una oficina municipal que acelere la concesión de permisos, que delegue la concesión de licencias en manos de entidades certificadoras, para que los permisos que ahora se dan en uno, dos y hasta tres años, se resuelvan en cuestión de unos pocos días. Es el modelo que ya ha funcionado en ciudades como Madrid.
¿Y qué me dice de los impuestos?
En materia fiscal, hemos propuesto una rebaja de los impuestos municipales, pero tampoco nos han hecho caso. Por ejemplo, el IBI se ha disparado a raíz de las revisiones catastrales. Nunca antes se han pagado tantos impuestos y tasas en Santiago de Compostela. Las arcas públicas se han llenado a base de vaciar el bolsillo de los compostelanos.