Lo que hizo la ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, esta semana en el Congreso ha sido propaganda. Aprovechándose de efectos estadísticos, disfrazó la economía española de auténtica campeona comunitaria. Calviño presumió de riqueza, empleo y precios en nuestro país. También de salarios. La realidad, en cambio, es muy distinta.
España sigue siendo el único país de la UE que no ha recuperado sus niveles de PIB de 2019, antes de la pandemia. Además, en cuestiones de empleo continuamos siendo, junto a Grecia, el país con la tasa de paro más alta de todo el continente, por no hablar de la tasa de paro juvenil (en la que somos campeones también). En cuanto a los precios, las estadísticas del INE, pese a sus cambios metodológicos, continúan dibujando curvas alcistas en precios, tanto en el IPC general (5,9%), la inflación subyacente (7,5%) o la de los alimentos (15,4%). Una realidad muy alejada de la que quiso pintar Calviño en el Congreso.
Por último, Calviño quiso presumir de salarios y España, merced a la inflación tan fuerte que está sufriendo, unido a la moderada subida de salarios en convenio, hacen que los españoles estemos sufriendo una caída histórica de salarios reales, lo que se traduce en que nos estamos empobreciendo a uno de los mayores ritmos del continente.
La verdad se encuentra en los datos y en la calle. Lo que hizo Nadia Calviño en el Congreso fue propaganda.