Menú

Cae otro mito de la izquierda: la desigualdad mundial cae como nunca lo había hecho en los últimos 128 años

La hipotética "cuarta era" de esta serie histórica estará marcada fundamentalmente por lo que ocurra en África y Latinoamérica.

La hipotética "cuarta era" de esta serie histórica estará marcada fundamentalmente por lo que ocurra en África y Latinoamérica.
En menos de 20 años se ha pasado de 69 a 60 puntos en el índice Gini. | Alamy

La desigualdad es un fenómeno social que despierta el interés y la conciencia de una muy buena parte de la población. A menudo se suelen ver críticas a los enormes dividendos que se reparten los grandes empresarios en comparación con los salarios que cobran sus empleados o escuchamos lamentaciones sobre los estratosféricos contratos que firman los deportistas de élite en comparación con los sueldos que perciben los médicos, profesores o bomberos.

En otras ocasiones se dice directamente que hay pobres porque hay ricos, de modo que la falta de recursos de una persona pobre estaría motivada porque otra persona más rica se ha adueñado de esos recursos, dando a entender que la economía es un "juego de suma cero", como si hubiera una riqueza ya dada de antemano y que sólo quedara por ver cómo se reparte. Para ilustrar que esto no es así, a menudo se suele poner el ejemplo de una tarta que aumenta o disminuye de tamaño en función de si la riqueza crece o decrece en una economía.

Como ya dijera la economista María Blanco, la economía se parecería más bien a una bañera que tiene varios grifos y varios desagües, si un desagüe es muy grande la riqueza generada, por muy grande que sea, se va también por ese desagüe. Si se quiere que haya más generación de riqueza se debe permitir que más grifos se abran y que se cree esa riqueza, ya sea a través de mayor empleo, una mayor productividad, unos salarios más altos, etc. Por contra, si se penaliza la creación de riqueza a través de leyes perjudiciales, malos incentivos o impuestos, esa riqueza generada se irá por el sumidero. En definitiva, la bañera se va llenando o vaciando de riqueza en función de las políticas económicas que se lleven a cabo.

En este vídeo María lo explica con sus propias palabras:

Por desgracia, aun explicando esto habría mucha gente que seguiría pensando que es injusto que unas personas cobren más (o mucho más) que otras, y que los sueldos deberían ser más igualitarios. Pues bien, todos aquellos que desean ver una sociedad más igualitaria en términos de ingresos están de enhorabuena.

Gracias a un trabajo del economista Branko Milanović, que se especializa en desigualdad económica, de finales del año 2022 titulado "Las tres eras de la desigualdad global" podemos ver como la desigualdad de ingresos ha caído en los últimos años hasta alcanzar niveles de 1890, la más baja en más de 120 años. Así se observa en el siguiente gráfico:

evolucion-desigualdad-mundial.png

El economista divide la historia de la desigualdad mundial en tres épocas, una primera desde 1820 hasta 1950, una segunda desde 1950 hasta el principio del siglo XXI, y la tercera y última desde el año 2000 hasta la actualidad.

La primera etapa (1820-1950) se caracterizó por un aumento constante de la desigualdad mundial. Durante la época de la Revolución Industrial, la desigualdad se estimaba en torno a los 50 puntos del índice Gini. Se trataba de una desigualdad bastante modesta para el conjunto del mundo y es aproximadamente el nivel de desigualdad que hoy nos encontramos en países como Brasil o Colombia, regiones muy desiguales. A lo largo del siglo XIX esta desigualdad siguió creciendo hasta llegar a los 62 puntos Gini, justo antes de la Primera Guerra Mundial.

Esta segunda época (1950-2000) estuvo marcada por una desigualdad muy elevada que no paró de crecer de forma progresiva, manteniéndose entre los 67 y los 70 puntos Gini. Según Milanović, este periodo es conocido como "La Época de los Tres Mundos": El Primer Mundo de los países capitalistas avanzados, el Segundo Mundo de los países socialistas menos ricos de Europa del Este y la URSS, y el Tercer Mundo de los países más pobres de Asia y de África, a los que habría que añadir los países latinoamericanos.

Durante la tercera fase (2000-2018) vemos como la desigualdad cae de forma abrupta, ya que en un periodo de menos de 20 años se ha pasado de 69 puntos del índice Gini a 60, alcanzando la cifra más baja en los últimos 128 años. Es decir, para encontrar un nivel de desigualdad mundial menor al que tenemos en la actualidad hemos de irnos, como pronto, al año 1890. Este curso histórico se caracteriza por el rápido aumento de los ingresos de los países asiáticos.

Como podemos ver en el siguiente gráfico, la renta per cápita de China se ha multiplicado casi por tres en apenas 18 años, la de India por dos y medio, la de Indonesia se ha multiplicado por algo más de dos, y la de Bangladesh también se ha multiplicado casi por tres.

pib.png

Únicamente entre China e Indonesia suman 1.713 millones de personas, y si añadimos la población de India y Bangladesh arrojan un total de 3.256 millones de personas, esto es el 41% de la población mundial (7.900 millones de personas) se encuentra en estos cuatros países.

Por tanto, si países como China e India que acaparan tanta población mundial (1.900 millones entre ambos) continúan con su salida de la pobreza, lo más lógico es que contribuyan también a que la desigualdad mundial siga menguando. La hipotética "cuarta era" de esta serie histórica estará marcada fundamentalmente por lo que ocurra en dos regiones: África y Latinoamérica.

En definitiva, a quien no le importe que una persona tenga más riqueza que otra porque lo que realmente le preocupa es que a nadie le falte de nada, puede ser optimista porque la pobreza extrema cada vez está siendo más borrada del mapa. Sin embargo, aun cuando haya quien se indigne por las diferencias de ingresos entre unas personas y otras, también puede estar de enhorabuena pues hacía más de 120 años que las diferencias en desigualdad no eran tan bajas.

En Libre Mercado

    0
    comentarios