Quizá sin saberlo es probable que muchos de los que lean este reportaje hayan firmado ya un smart contract, una nueva forma de establecer relaciones entre empresas y particulares que puede llevar a cambios importantes a la hora de hacer negocios.
Pero, ¿qué es un smart contract? Para saberlo y conocer más sobre esta tecnología conversamos con Pablo Pérez, especialista en Blockchain del Grupo Performanze, una entidad especializada en la formación de programadores de blockchain, que nos da una respuesta que puede ser considerada una definición: "Es un contrato digital que tiene una serie de condiciones preestablecidas, igual que uno tradicional, pero que, al ser un código, una vez que esas condiciones se dan el propio contrato se autoejecuta".
Pérez es ingeniero industrial y, pese a su juventud, tiene un largo currículum trabajando en empresas potentes de varios sectores, hasta que se vio seducido por las posibilidades de la tecnología blockchain, pues nos recalca que "lo importante" de los smart contract "son las características que tienen gracias a esta tecnología".
¿De qué características hablamos? La primera que cita nuestro interlocutor es la seguridad, pues "una vez se ejecuta en la blockchain uno de estos contratos, ya no se puede modificar". También destaca "la rapidez" pues "al ser un código eliminamos burocracia"; y por último destaca "la eficiencia", ya que supone ahorros "tanto de costes como de tiempo".
¿Cómo son?
Pero, ¿cómo es un smart contract en la práctica? Pablo Pérez nos lo explica a través de un caso práctico: si quiero alquilar un inmueble normalmente necesitaría ir a una inmobiliaria y pagar por los servicios que me ofrece". Sin embargo, si se usase un smart contract "se crean una serie de condiciones, que pueden ser dar una información, hacer unos depósitos y un pago en una determinada cuenta, y con eso el contrato se autoejecuta y, por ejemplo, se da una clave que permite acceder al inmueble". "Es todo más rápido y con menos coste", remata.
A estas alturas seguro que algunos de los lectores se estarán preguntado si eso de la tecnología blockchain no es lo que está detrás de esas criptomonedas que han estado asociadas a varios escándalos. Sí y no: "La tecnología tiene un montón de ramas y las criptomonedas sólo son una de ellas", aclara, "además dentro las criptomonedas a su vez hay muchas ramas". Lo importante es que "la tecnología abarca muchos más sectores, las criptomonedas son sólo algo que ha tenido mucha aceptación por el público, pero la tecnología es muchísimo más grande".
Y además se trata de herramientas perfectamente seguras, según nos cuenta Pablo Pérez, gracias a características de la blockchain como su transparencia o su completa descentralización: "No hay un ente que pueda modificar o alterar un smart contract o que sea su responsabilidad modificar los registros, por lo que son inmutables".
¿Para quién, en qué sectores?
Una de las dudas que surgen es si los smart contract son algo que sólo puede adaptarse a ámbitos muy concretos o si, por el contrario, su expansión es susceptible de alcanzar otros sectores de la economía o de la sociedad.
Para Pablo Pérez las áreas en las que se van a expandir más rápidamente son aquellas en las que "hay implicada una cantidad mayor de recursos, por ejemplo el sector financiero, en el que ya vemos que los bancos centrales están apostando por sus propias monedas digitales –dólar, euro o yuan digitales– abiertamente". Y en su opinión no es el único: "También podemos verlo en otros sectores como el logístico –nos dice– por ejemplo, son perfectos para registrar la cadena de frío o el movimiento de los containers". Además añade otros ámbitos como las aseguradoras o algunos que normalmente son responsabilidad de las administraciones: "Se podrían poner los historiales clínicos en blockchain" y con eso ya serían "accesibles, transparentes e inalterables".
Los smart contract en el día a día
Quizá lo más importante es que no estamos hablando de una tecnología del futuro sino de algo que ya forma parte del día a día de muchas empresas. Para que nos lo explique hablamos con Paco Álvarez, CEO del Grupo Aerocámaras, que nos dice que ya hoy "prácticamente cualquier empresa utiliza esta tecnología sin saberlo".
Álvarez nos pone ejemplos de su propia compañía: "Hemos firmado un contrato de renting a través de la plataforma Verising, que son sistemas de contratación amparados en blockchain". Cuenta que gracias a ello "se facilitan trámites que antes requerían de desplazamientos, apoderamiento, verificación de las escrituras…", en resumen, "algo que antes requería organización, esfuerzo y coste ahora prácticamente lo haces con dos clics".
También lo ha usado en un sector tan peculiar como investigación biomédica "en contratación internacional en la que hacían falta cosas como escrituras de ámbito público con apostillamiento del Tribunal Internacional de La Haya, que sólo nombrándolo te puedes hacer una idea del tostón y lo complicado que es, con esta tecnología lo lográbamos en dos clics".
¿Adiós a los notarios?
Hablando de contratos que eliminan intermediarios es lógico que el primero que nos venga a la cabeza sean los notarios. Le preguntamos a Paco Álvarez: "No es que elimines a los notarios, pero sí reduces mucho la necesidad de usarlos". Tal y como explica la clave es que no hacen falta para "dar fe de que las personas que suscribían un contrato son las que son y que llegan a los acuerdos con libertad, conocimiento y capacidad de decisión, sino que con los smart contracts ya sabemos lo que hay y hemos contrastado que somos quienes decimos que somos inscribiéndonos en las plataformas de smart contracts o legitimación"
Pero no es sólo ahorro de tiempo en lo que ya hacías, "además te da acceso a entornos que antes ni te lo plantearías, por ejemplo contratar un servicio profesional internacional para que te de soporte en línea en actividades de formación y hacerlo de manera muy rápida, no tienes ni que mantener una videoconferencia, constatas que quien tienes delante es quién dice ser y además lo haces de manera rápida, llegas a un acuerdo casi de manera automática" comenta Álvarez.
"Vamos a acabar haciéndolo todos", nos dice, de hecho en su opinión incluso va a ampliarse el ámbito de la aplicación de esta tecnología blockchain a cuestiones en las que ahora parece insospechada, por ejemplo en redes sociales o en chats, en los que se podrá saber si la persona al otro lado "es quién dice ser o cumple unos parámetros sin necesidad de que tengas acceso a su perfil de LinkedIn".