El campo no puede más entre recortes y nuevas exigencias. Pero la última campaña del Gobierno ha terminado de crispar los ánimos de los agricultores. Porque, mientras el Ejecutivo de Pedro Sánchez les aplica un recorte individual de las ayudas de la PAC de un 30% y les exige tramitar todo a través de medios informáticos para poder acceder a esos fondos, el Gobierno alardea de exigir a los bancos mantener las cartillas de papel en el trato con las personas mayores. Traducido: exige a los demás lo que él no hace con sus administrados.
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha pedido al Gobierno central que "tenga la misma consideración con el campo que en el trato a la banca, después de que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, haya anunciado que las asociaciones bancarias se han comprometido a mantener las libretas de ahorro para los mayores de 65 años tras evaluar la evolución de los protocolos y códigos de buenas prácticas".
Fernández de Mesa lamenta "la hipocresía" del Gobierno y Calviño, que "piden a los bancos que mantengan las cartillas a los mayores de 65 años, pero siendo éstos [los de más de 65 años] más del 40% de los solicitantes de la PAC, les obliga a relacionarse electrónicamente con las administraciones".
La organización agraria critica también que se obligue a los agricultores y ganaderos a llevar el Cuaderno de Campo de manera digital desde el 1 de septiembre, por lo que pide, al menos, que se retrase su entrada un año. Ese cuaderno ha sido ya bautizado como el diario de la vaca. Y es que obliga a reflejar trámites y movimientos de los animales, una tarea que está disparando la carga burocrática del campo.
Es "incomprensible", añade Fernández de Mesa, "que se esté obligando a los agricultores y ganaderos, a través de las nuevas reglas de la nueva PAC, a tener que hacerlo todo de forma digital, máxime sabiendo que la edad media de los agricultores y ganaderos en España es bastante avanzada y que la famosa brecha digital es más acentuada en el medio rural donde, en muchos casos, no hay ni siquiera acceso a Internet".
Lo cierto es que la nueva PAC establece que la mayoría de las obligaciones de los agricultores y ganaderos se tienen que hacer a través de una plataforma digital. Por ejemplo, las notificaciones son electrónicas para todos los solicitantes de la PAC, tanto personas físicas como jurídicas, agricultores y ganaderos, que, de este modo, deberán disponer de dispositivos electrónicos donde tengan implantadas su firma digital para poder descargar las notificaciones y después enviarlas a las entidades que tramitan la PAC.
Asaja critica el "doble rasero del Gobierno porque, por un lado, pide a la banca que sea sensible para asegurar la atención a los mayores y los servicios bancarios presenciales en zonas rurales, mientras obliga a todos los agricultores y ganaderos a relacionarse telemáticamente y a partir del verano de 2023 a llevar un cuaderno digital donde apuntar las operaciones y tratamientos fitosanitarios con carácter mensual, para lo que necesitarán equipos informáticos y programas de gestión con las tecnologías digitales más avanzadas.