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El socialismo es el gran causante de la pobreza y el hambre

Las principales hambrunas del siglo XX tuvieron lugar en los regímenes soviéticos y la China de Mao.

Las principales hambrunas del siglo XX tuvieron lugar en los regímenes soviéticos y la China de Mao.
Mao, responsable de millones de muertes por hambruna. | Cordon Press

Antes de que surgiera el capitalismo, la mayoría de las personas en el mundo estaban atrapadas en una situación de pobreza extrema. En 1820, por ejemplo, alrededor del 90 por ciento de la población mundial entraba en esta categoría. En cambio, los últimos datos disponibles apuntan que esta tasa ya es inferior al 10 por ciento. Además, en las últimas décadas, la disminución de la pobreza se ha acelerado hasta alcanzar un ritmo sin precedentes en cualquier periodo anterior de la historia humana. En 1980, la tasa de pobreza absoluta era del 42,7 por ciento, en 2000 había caído al 27,8 por ciento y en 2020 rondaba el 9 por ciento. Esta tendencia, que ha persistido durante décadas, es verdaderamente importante. Es cierto que la pobreza ha vuelto a aumentar en los últimos dos años (2021-2022). Pero esto se debe, en gran medida, a la pandemia mundial del covid-19, que ha exacerbado la situación en países donde la pobreza ya era relativamente alta.

Para entender mejor la cuestión de la pobreza, conviene revisar la historia. Muchas personas creen que el capitalismo es la causa fundamental de la pobreza y el hambre en el mundo. En realidad, tienen una imagen completamente distorsionada de la era pre-capitalista, probablemente por la influencia de obras clásicas como The Condition of the Working Class in England 1820-1895, de Friedrich Engels. Esta obra denunció las condiciones de trabajo en las etapas tempranas del capitalismo, empleando los términos más drásticos y dibujando una imagen idílica de la vida que supuestamente tenían los trabajadores en épocas anteriores.

"Los trabajadores vegetaban a lo largo de una existencia aceptablemente cómoda, llevando una vida justa y apropiada. La suya era una vida pacífica en toda piedad y probidad y su posición material era mucho mejor que la que tienen sus sucesores. No necesitaban trabajar en exceso. No hacían más de lo que querían hacer. Y, sin embargo, ganaban lo que necesitaban. Tenían tiempo de ocio, cuidaban de su jardín o del campo… También participaban en los juegos de recreo que organizaban con sus vecinos: bolos, críquet, fútbol, etc. Esto contribuía, además, a apuntalar su vigor y su salud física. Eran, en su mayor parte, gente fuerte y bien formada, en cuyo físico se notaban pocas o ningunas diferencias con respecto a sus vecinos campesinos. Sus hijos crecieron al aire libre del campo y, si acaso tenían que ayudar a sus padres en el trabajo, lo hacían solo ocasionalmente. Las jornadas de trabajo eran de ocho o doce horas", señala Engels.

La imagen que muchas personas tienen de la vida antes del capitalismo se asemeja al paradigma idealizado que dibuja Engels y se ha transfigurado más allá del reconocimiento a raíz del peso que han adquirido estas y otras representaciones que ofrecen una mirada romántica al periodo anterior al capitalismo. Desde este prisma, parecería que la vida antes del capitalismo era como un viaje al campo en tiempos modernos. Por tanto, merece la pena echar un vistazo más objetivo a la situación previa a 1820. ¿cómo vivían realmente las personas de la etapa anterior al desarrollo de la economía de mercado?

"En el siglo XVIII", escribe el ganador del Premio Nobel, Angus Deaton, en su libro The Great Awakening, "los trabajadores estaban efectivamente atrapados en lo que se ha definido como una trampa nutricional. No podían ganar mucho, porque eran demasiado débiles físicamente. No podían comer lo suficiente, porque la falta de trabajo hacía que no tuviesen dinero suficiente para comprar comida". Algunas personas elogian las armoniosas condiciones precapitalistas cuando la vida era mucho más lenta, pero esta lentitud era principalmente el resultado de la debilidad física derivada de una desnutrición permanente. Se estima que, hace ahora doscientos años, alrededor del 20 por ciento de los habitantes de Inglaterra y Francia no podían trabajar en absoluto, porque estaban demasiado débiles físicamente debido a la desnutrición.

Las mayores hambrunas provocadas por el hombre a lo largo de los últimos 100 años ocurrieron, de hecho, bajo modelos económicos basados en el socialismo. A raíz de la revolución bolchevique, por ejemplo, la hambruna rusa de 1921/22 acabó cobrándose la vida de cinco millones de personas, según cifras oficiales de la Gran Enciclopedia Soviética de 1927. Algunos cálculos más altos sitúan el número de muertos por inanición entre 10 y 14 millones. Solo una década después, la colectivización socialista de la agricultura bajo gobierno de Joseph Stalin y la consecuente "liquidación de los kulaks" desencadenó una nueva hambruna que mató a 6-8 millones de personas.

De igual modo, el "Gran Salto Adelante" de Mao (1958-1962), considerado el mayor experimento socialista en la historia de la humanidad, le costó la vida a 45 millones de personas en China. Cuando se usa el término "hambruna", lo primero en lo que piensa la mayoría de la gente es África. Sin embargo, en el siglo XX, el 80 por ciento de todas las víctimas de las hambrunas murieron en China o en los países de la Unión Soviética.

Por eso, es un error típico pensar que, cuando la gente piensa en "hambre y pobreza", lo normal es que se refiera al capitalismo. El sistema que en realidad fue responsable de las mayores hambrunas del siglo XX fue, en realidad, el socialismo.

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Rainer Zitelmann es empresario, doctor en Historia y Sociología y autor de más de 20 libros. Sus últimos lanzamientos en español son "El capitalismo no es el problema, es la solución" (Unión Editorial, 2021), "Los ricos en la opinión pública" (2022) y "En defensa del libre mercado" (Unión Editorial, publicación prevista en 2023).

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