Menú
Hace un mes escuchábamos al presidente de Argentina decir que "gran parte de la inflación es auto-construida, está en la cabeza de la gente".

El Gobierno argentino sigue desvariando y ahora echa la culpa de la inflación a la sequía

Hace un mes escuchábamos al presidente de Argentina decir que "gran parte de la inflación es auto-construida, está en la cabeza de la gente".

La inflación desbocada que viene sufriendo Argentina es célebre en todo el mundo. Sin embargo, pese a que es un asunto sobre el que se han vertido líneas de texto y numerosas personas han analizado y reportado alrededor del globo, hay quien a día de hoy aún sigue ignorando que es lo que está pasando con los precios en el país americano. Estamos hablando, concretamente, de sus gobernantes.

Si hace un mes escuchábamos al presidente de Argentina, Alberto Fernández, esquivar las responsabilidades de un 95% de IPC declarando que "gran parte de la inflación es auto-construida, está en la cabeza de la gente", en esta ocasión hemos vivido un episodio igual de llamativo.

"Las explicaciones no son excusas", comienza la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, después de admitir que los nuevos datos de la inflación reflejaban un escenario "inesperado". Pero "hay una explicación" a esta situación concreta que no es sino un aumento de precios más dentro de toda la tendencia sistémica que sufre el país. Y esa explicación no es, ni más ni menos, que el mal tiempo. "La sequía hizo aumentar el precio de la carne, que fue de más de 20 puntos e influyó casi un punto en la medición general".

Llama la atención, cuanto menos, que algo que no es un hecho puntual sea justificado de esta manera. No obstante, lo más llamativo es ver como convergen los políticos alrededor del planeta a la hora de poner excusas. Y es que de todos es sabido que entre Reino Unido y Argentina existen ciertas tensiones desde hace bastantes décadas.

Sin embargo, estas tensiones no han impedido a Cerruti a copiar el mismo discurso que mantuvo Therese Coffey, ministra de Alimentación en UK, para esquivar el desabastecimiento de productos frescos. "No podemos controlar el clima en España", aseguró esta vez la británica. Vemos, en cambio, como en este caso la política no se conformó con culpar al tiempo sino que especificó el país que estaba provocando el problema.

Por lo tanto, de la misma manera que el modelo argentino, en cuestiones como el control de precios, ha sido un punto de referencia para Podemos –independientemente de sus pésimos resultados—, los políticos argentinos están sirviéndose de justificaciones ajenas. El problema aparece cuando las situaciones son completamente diferentes, pues en el caso de UK es perfectamente comprensible que se sirvan del clima para esquivar responsabilidades sobre un hecho concreto y pasajero. Sin embargo, en el caso de Argentina, lo mismo suena tremendamente ridiculo dado que lo suyo viene arrastrándose desde hace muchos años.

Temas

0
comentarios