El fabricante de envases de plástico reutilizables con sede en EEUU y fundado por el químico Earl Tupper en 1946 después de inspirarse en el diseño de las tapas de las latas de pintura, explicó que existen "dudas sustanciales sobre la capacidad de la empresa para continuar como una empresa en funcionamiento", lo que ha hecho que sus acciones se desplomaran más de un 40% este martes.
La Covid-19 fue un buen momento para el negocio, ya que sus ganancias en el tercer trimestre de 2020 se cuadruplicaron con creces cuando se preparaban miles de recetas en casa.
El CEO, Miguel Fernández cree que la empresa ha entrado en una "nueva fase post-pandemia" alentadora, pero la empresa enfrenta limitaciones de efectivo. Una declaración errónea de ganancias, que ha retrasado la presentación de su informe anual, y que podría hacer que los acreedores declaren que Tupperware ha violado sus convenios de deuda.
Incluso si puede apaciguar a sus acreedores o encontrar nuevos inversores, el auge del comercio electrónico ha hecho mella en las fortunas de las empresas que se apoyan en la venta directa. En comparación con el apogeo de la empresa, los clientes tienen más opciones para el almacenamiento de alimentos, más lugares para comprar y menos tiempo para dedicar a la cocina, lo cual deja a la icónica marca cada vez más encasillada.