A. R. trabaja desde hace una década en el sector inmobiliario, volcado en el segmento del alquiler. Conoce mejor que nadie los mercados de las grandes ciudades, cuya principal característica es la confluencia de una oferta limitada con una demanda creciente. Cree que la nueva Ley de Vivienda agravará el problema, puesto que ya está reduciendo el número de pisos disponibles para arrendar. Pero también tiene claro que los propietarios no se van a quedar de brazos cruzados.
"Una maniobra que hemos visto durante los dos últimos años consiste en sacar el inmueble del mercado por un tiempo, aprovechando que el contrato de alquiler llega a su fin, y volver a introducirlo con un precio más alto. Si antes alquilabas a 1.000 euros, quizás ahora sacas el piso del mercado unos meses y luego lo ofreces nuevamente, pero a 1.500 euros... Evidentemente, esto significa que las ofertas tardan más tiempo en encontrar interesados, porque los precios han perdido atractivo y han subido de manera artificial. Pero, como hablamos de ciudades con mucha demanda, al final es difícil que un inmueble medianamente aceptable se quede vacío", explica.
Los datos le dan la razón. Según el servicio de estudios de Fotocasa, el 49% de los caseros van a tomar medidas cuando termine el contrato en vigor. Esto quiere decir que muchos contratos de alquiler no se van a renovar y, tras unos meses fuera del mercado, reaparecerán con un coste más alto, para compensar la imposibilidad de elevar los precios más de un 2%.
La inflación marca mucho esas revalorizaciones, de modo que una subida generalizada de precios como la que estamos teniendo hará estragos en el mercado. Así, si el IPC acumulado bajo gobierno de Pedro Sánchez ronda el 15%, es difícil imaginar que la reaparición de estos inmuebles en el mercado de alquiler se produzca sin un encarecimiento de tales magnitudes.
La solución del garaje
Nuestro experto accede a contarnos algunas de las alternativas que exploran los propietarios. "Una de las soluciones que más nos estamos encontrando tiene que ver con la plaza de garaje que poseen los dueños de estos pisos. Sobre el papel, son dos acuerdos distintos. En la práctica, cada vez hay más acuerdos basados en el precio global de ambas contraprestaciones. El alquiler del piso quizá se queda semi-congelado, pero el del garaje aumenta de forma más intensa", señala.
Las cifras parecen darle la razón. El pasado año 2022, los datos de Fotocasa reflejaron un aumento del 6% en el precio de alquilar un garaje en Madrid. Estos datos chocan con el frenazo en la venta de automóviles y las restricciones a la movilidad vigentes en la capital. Por lo tanto, parece evidente que parte del golpe sobre los precios del alquiler se está amortiguando con el encarecimiento paralelo de estos activos.
Obviamente, el alcance de esta solución está limitado a aquellos activos inmobiliarios que cuentan con una plaza de aparcamiento ligada al piso en cuestión. Sin embargo, los datos muestran que alrededor de un tercio de las viviendas presentan estas circunstancias, de modo que esta salida, si bien no es generalizada, sí empieza a tener peso en el mercado.