La Autoridad Bancaria Europea (EBA) acaba de publicar el último Non Performing Loans (NPL) en el que analiza el volumen de préstamos dudosos por países. Es decir, la cantidad de dinero que los bancos de cada país han prestado en los últimos años y que se califican con de baja calidad crediticia o que tienen riesgo de ser devueltos por parte de los clientes a las entidades. En lo más alto de lista se encuentra Francia con un volumen de préstamos de 109.000 millones de euros y, en el segundo puesto aparece España con 79.000 millones de euros.
Unas cifras, tanto las de España como las de Francia muy alejadas de Alemania, que solo suma poco más de 30.000 millones de euros en préstamos dudosos. Por su parte, Portugal es el país que menos préstamos NPL ha concedido, tan solo 7.900 millones de euros.
En cuanto al ratio sobre el total de préstamos concedidos, España pasa del segundo al tercer lugar. El primer puesto es para Grecia con un 4,9% de préstamos dudosos sobre el total, el segundo lugar es para Portugal con un 3,1% y el tercero para España con un 2,7%.
Así las cosas, y de acuerdo con la firma especializada en la valoración de activos y préstamos inmobiliarios Prime Yield, España representa el segundo país con mayor stock de NPL en Europa, con el 21% del total de 367.400 millones de euros, superando a países como Alemania, Países Bajos y Bélgica. Además, el volumen de préstamos dudosos en España es más de 10 veces superior al de Portugal.
El Banco de España confirma esta visión
De igual modo, el Banco de España, a través de su último informe de Estabilidad financiera, aseguraba que en España existen, actualmente, 87.000 millones de euros en préstamos "bajo vigilancia especial".
Para tener una idea de la envergadura del problema, el stock de préstamos dudosos en el mercado bancario español equivale al 6,5% del PIB del país en 2022. Según el supervisor bancario, esta cifra ha disminuido en un 12% con respecto al año anterior, pero todavía se encuentra en un 24,5% por encima del nivel registrado antes del inicio de la pandemia.
Por el momento, eso sí, los ratios de morosidad siguen en mínimos del año 2008 al situarse en el 3,6%.