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El Gobierno ofrece 69.000 euros por vigilar huevos de tortuga con perspectiva de género

El Ministerio para la Transición Ecológica pagará a los vigilantes de los huevos enterrados de tortuga boba, algo que hasta ahora hacían voluntarios.

El Ministerio para la Transición Ecológica pagará a los vigilantes de los huevos enterrados de tortuga boba, algo que hasta ahora hacían voluntarios.
Ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta). | U.S. Fish and Wildlife Service

El Gobierno pagará 69.000 euros para que alguien vigile los huevos de tortuga boba (Caretta caretta) que aparezcan en el Mediterráneo, excepto en Andalucía, durante este verano y el que viene (el año pasado sólo se detectaron un par de nidos). Según los pliegos de la licitación, la labor consiste en asegurarse de que los huevos permanecen enterrados y se incuban "de manera natural" durante los aproximadamente dos meses y medio que tardan en salir las crías. Después, hay que presentar un informe sobre cómo esos huevos han permanecido a salvo bajo tierra, eso sí, redactado según las "guías para el uso no sexista del lenguaje".

Las tortugas bobas se reproducen normalmente cada dos o tres años. Desde hace unos años, el aumento de las temperaturas ha hecho que algunas de ellas escojan el Mediterráneo para la puesta de los huevos. Una vez allí, hacen un agujero, ponen los huevos y los entierran. Después de eso, se marchan nuevamente mar adentro. Dependiendo de las temperaturas ambientales, las crías tardan en salir unas seis o siete semanas.

Durante el verano pasado, un campamento de voluntarios de la ONG Xaloc se encargó de velar noche y día por los 101 huevos del nido de tortuga boba que apareció junto al hoyo 17 de un campo de golf del Parador de El Saler (Valencia). Durante el verano pasado solo hay constancia de otro nido de tortugas en una playa de Burriana (Valencia), descubierto durante un estudio sobre galápagos y que, al parecer, fue depredado por zorros.

A pesar de las cuantiosas subvenciones públicas que ya reciben las ONG animalistas implicadas en el proyecto Life IP Intemares (SEO/BirdLife y WWF-España), el Ministerio para la Transición Ecológica ha decidido licitar la contratación de este servicio de vigilancia para los próximos dos veranos por un total de 69.000 euros.

Vigilancia "no sexista"

Teniendo en cuenta que el año pasado solo se localizaron dos nidos de tortuga boba en el Mediterráneo, estaríamos hablando de que vigilar la incubación durante dos veranos (trece semanas en total) nos costaría 410 euros al día. Esa cifra, repartida en tres turnos de ocho horas, supondría unos 136 euros diarios por trabajador, lo que a su vez suma un salario mensual de 4.080 euros por "custodiar y proteger el nido ante posibles eventos que puedan perjudicar las condiciones de incubación (meteorología adversa, presión antrópica, interacción con fauna doméstica, etc.)".

El trabajo también supone elaborar un informe diario, con una "ficha de seguimiento de las actuaciones realizadas e incidencias recogidas", es decir, constatar que los huevos siguen enterrados y si se ha acercado algún depredador. Las condiciones obligan a que en ese informe, así como todos los documentos y comunicaciones realizadas durante la ejecución del contrato, "se utilizarán imágenes y un lenguaje no sexista basado en las recomendaciones realizadas en las "Guías para el uso no sexista del lenguaje" publicadas por el Instituto de las Mujeres".

Cuando las tortugas salgan del nido, el adjudicatario de la licitación "podrá ser requerido" por parte de la comunidad autónoma responsable "para apoyar las labores científicas de atención de los eventos de eclosión del nido". Por lo general, las labores de trasladar el nido o a las crías, medirlas y estudiarlas corresponde a las comunidades autónomas, cuyo coste, al parecer, no se incluye en los servicios de vigilancia licitados por el Ministerio para la Transición Ecológica.

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