Autónomos, Pymes, medianas empresas y grandes corporaciones tienen que competir en un mundo cada día más globalizado, más tecnológico. Un mundo en el que, precisamente, la competencia es cada vez más exigente y los cambios de tendencia se producen a una velocidad de vértigo.
Las empresas españolas ya dedican importantes recursos a mantener esta competencia y tratar de solucionar mejor que el resto los problemas de sus clientes. Sin embargo, también tienen que hacer frente, y más en España, a las distintas normativas que año tras año afectan a sus estructuras de costes y su planificación: aumento del coste de contratación, impuestos, normativa, etc.
Así, en el grupo Libertad Digital hemos invitado a dos grandes expertos en el asesoramiento de empresas para abordar un punto de vista fundamental a la hora de preparar a un porcentaje enorme de compañías españolas para tratar de optimizar su planificación y evitar problemas que podrían terminar haciendo inviable la continuidad del negocio: Planificación de la empresa familiar.
Los especialistas Rodrigo de Salazar, responsable de asesoría fiscal de negocio de Ibercaja y Luis Bravo, socio de fiscalidad financiera en Cuatrecasas, destacaron algunos puntos fundamentales en el abordaje de los problemas que pueden atravesar las empresas familiares en España y que son absoluta mayoría en el ecosistema español.
Ese es uno de los primeros problemas que nos encontramos y es que la figura de empresa familiar ofrece potencialidades y opciones en la planificación y organización interna del negocio al que se podrían acoger muchas compañías que lo desconocen: "Hay más de un millón de empresas familiares en España que representan el 60% del PIB y el 70% del empleo", enfatizaba Rodrigo de Salazar, quien destacaba que la falta de asesoramiento en este tipo de compañías puede ser letal: "la tasa de mortalidad de la empresa familiar triplica la del resto de compañías."
En este sentido, ambos especialistas han destacado que, pese a esta realidad, lo cierto es que la figura de empresa familiar ofrece una serie de ventajas muy importantes, sobre todo, a nivel de planificación, para evitar problemas y mejorar la factura fiscal. Es la falta de asesoramiento lo que hace que en muchas ocasiones este tipo de empresas se vea atrapado por problemas que amenacen su viabilidad.
Importancia de una buena asesoría
Bravo recordaba que las empresas familiares gozan de una serie de beneficios fiscales que se introdujeron en la década de los 90 y que se mantienen hoy en día.
Pero para poder hacer uso de los mismos de manera correcta y evitar sorpresas desagradables es necesario una buena asesoría. Una asesoría profesionalizada que organice el patrimonio o que guíe a las empresas en la sucesión de las mismas y así determinar las partes del patrimonio que están exentas de tributación, cuáles no, o cuál es la mejor manera de transmitir la propiedad.
De Salazar apuntaba que precisamente la planificación de la sucesión de la empresa, así como la organización patrimonial es capital para evitar una sobretributación que comprometa los resultados de la empresa. Y esto es fundamental. Según comentaba "el nivel de ineficiencia ahora mismo es enorme y va más allá de la planificación fiscal. Hay que tener en cuenta que el 85% delas empresas familiares carecen de un protocolo".
Principales errores
En cuanto a los problemas más habituales con los que se encuentran estos profesionales es, por ejemplo, "no tener un holding familiar", apuntaba Luis Bravo. "Y es que hay muchas empresas familiares que para distinguir ramas de negocio, forman distintas sociedades con relación entre ellas, lo que resulta muy ineficiente salvo que tengan una empresa holding en la que estén integradas el restos de compañías".
Rodrigo de Salazar añadía que otro de los problemas que más se repiten en las empresas familiares sin asesoramiento es un tratamiento erróneo de los bienes inmobiliarios, o de cómo podrían montar una sociedad inmobiliaria dentro del holding familiar.
En cuanto a los principales riesgos que corren estas empresas, ambos especialistas también quisieron destacar la de los elementos de uso personal dentro de la empresa, cuya definición es muy difusa por parte del legislador y para el que el asesoramiento de los especialistas resulta paradigmático, ya que las multas y recargos por un mal uso de este tipo de figuras puede alcanzar un volumen muy alto de la facturación. Sin embargo si se aprovechan los beneficios fiscales que tienen las empresas familiares, el resultado puede ser "brutal" decía Luis Bravo.
En definitiva, para ambos, el principal riesgo que pueden cometer estas compañías es el de tardar en pedir el asesoramiento: "Es una inversión que se recupera desde el primer momento", ya que, "el riesgo de no estar asesorado, o estar muy mal asesorado puede alcanzar a la supervivencia de la empresa". Hay que tener en cuenta que en España existe riesgo regulatorio, normativa estatal y, además, 17 legislaciones adicionales diferentes que operan sobre la empresa familiar.
Hay herramientas muy interesantes, como la inversión en capital riesgo, o el aprovechamiento de legislaciones más favorables en distintas comunidades autónomas, siempre que tenga sentido con la familia y el negocio (cambiar de comunidad autónoma solo por el régimen fiscal no tiene por qué ser interesante).
Ambos especialistas, además, fueron muy críticos con el impuesto a las grandes fortunas y apuntaron a que incluso podría terminar siendo considerado anticonstitucional.