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Energías renovables para las empresas

Banco Santander explica las ventajas y cuáles son las más adecuadas según las características de los negocios.

Banco Santander explica las ventajas y cuáles son las más adecuadas según las características de los negocios.
Banco Santander

La sostenibilidad es un factor fundamental para las empresas. Cuando los negocios tienen en su ADN este factor, no solo fomentan su crecimiento y rentabilidad, sino que generan un impacto positivo en materia ambiental y social a medio y largo plazo, contribuyendo al progreso de las comunidades donde operan. "La sostenibilidad transforma las empresas facilitando encontrar oportunidades de negocio ligadas con el desarrollo sostenible. Todo parte de un sistema de valores y un enfoque de principios. Ayuda a proyectarse en el largo tiempo respetando a las personas y al entorno de las generaciones presentes y futuras", precisa el Pacto Mundial de la ONU.

Uno de los principales compromisos que pueden asumir los negocios para ser sostenibles es realizar sus actividades utilizando fuentes energéticas renovables, lo que garantiza el bienestar de los empleados, impulsa el ahorro de costes y, además, tiene un impacto en la imagen y la reputación. Banco Santander, a través de su portal Santander Impulsa Empresa, explica las claves para implementar las energías renovables en una compañía.

Lo primero que hay que conocer es que este tipo de energía es aquella que no depende de recursos finitos: fotovoltaica, eólica, mareomotriz, geotermia y aerotermia. Su uso es clave para el futuro de la humanidad, pues al ser inagotables no se arruinan los recursos naturales y, por lo general, no suelen emitir CO₂, es decir, son verdes en carbono. Además, suelen ser ubicuas y mucho más baratas que las no renovables: generar energía con aerogeneradores o placas fotovoltaicas es más barato que hacerlo mediante gas natural, carbón, solar térmica, nuclear o agrocombustible.

Banco Santander destaca entre los beneficios para las empresas el ahorro a largo plazo, aunque las inversiones iniciales puedan ser elevadas y la amortización lenta; o las cero emisiones locales, por ejemplo, en el caso específico de cambiar las calderas de combustión por aerotermia evita emisiones de gases de efecto invernadero, compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión, por lo que trabajadores y vecinos se benefician. Un punto adicional es la mejora de la imagen corporativa. De hecho, un informe de Capgemini destaca que el 79% de los consumidores están cambiando sus preferencias de compra basándose en criterios de responsabilidad social, inclusividad o impacto medioambiental.

Según la facilidad de implantarlas y coste creciente, algunos de los tipos de energía verde que una pequeña o mediana empresa puede instalar son:

  • Aerotermia, es un sistema por el cual se usa la energía contenida en el aire del exterior para climatizar el interior (tanto en modo frío como en modo calor) y, en el caso de aerotermia aire-agua, de calentar Agua Caliente Sanitaria (ACS). En este caso, la instalación puede hacerse mediante los clásicos splits que se ven en los hogares (más asequible, pero menos eficiente) o con conductos instalados en falsos techos (más costoso pero con una mayor eficiencia). También permite usar los radiadores de agua si ya se tienen en la empresa. El banco destaca como la aerotermia tiene eficiencias de más del 300 % en climatización: por cada 1 kWh eléctrico consumido para alimentar la máquina, esta devuelve más de 3 kWh de calor o frío. Tanto el ‘COP’ (rendimiento calorífico) como el ‘EER’ (rendimiento frigorífico) son mayores que la unidad, por lo que el coste de funcionamiento es mucho mayor que la alternativa de combustión.

  • Placas fotovoltaicas. Las placas solares son el tipo de energía sostenible más conocido y uno de los más sencillos de implementar, pues solo se necesita una fachada o un tejado con orientación adecuada para realizar una instalación. Además, el hecho de que sea modular, ayuda en la implementación, pues no es necesario un desembolso inicial elevado y siempre es posible ampliar la capacidad si se dispone de espacio. Supone una buena opción teniendo en cuenta que el periodo de amortización es de aproximadamente seis años, y las placas suelen durar al menos 25 años.

  • Aerogeneradores eólicos. Son igual de asequibles que la fotovoltaica, pero con más complejidad a la hora de la instalación pues estos necesitan espacio, generalmente en azotea o tejado, y que haya un mínimo de viento constante. Sin embargo, su mayor barrera son las ordenanzas urbanas en materia de retranqueo.

  • Geotermia, es la más cara en materia de inversión, pero la más asequible a largo plazo. No todas las ubicaciones permiten su instalación y, cuando es posible, la obra requerida es costosa. Para una mayor eficiencia, este sistema exige el excavado de un pozo (captación vertical) o una gran área disponible (captación horizontal) sobre la que establecer zanjas.

Cada vez se abren nuevas opciones para que las empresas puedan optar a diversos tipos de energías renovables, ya sea en una u otra modalidad. Además, siempre se pueden combinar tipos para maximizar sus características.

Cabe resaltar que Banco Santander cuenta una oferta de soluciones sostenibles para ayudar a las empresas en su compromiso con el cuidado y protección del medioambiente. La entidad tiene el objetivo de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050, no sólo en su actividad directa sino también en la derivada de su actividad de financiación, asesoramiento e inversión a sus clientes.

La demanda de las renovables en España no ha dejado de aumentar desde principios de siglo. Si entonces rondaba el 20%, en 2020 superó el 44%, según datos de Red Eléctrica Española. Además, en 2022, más del 58 % de la potencia instalada ya era renovable y es una tendencia en aumento.

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