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Los conductores pagarán 39 euros más por coche en 2035 por la última ocurrencia de la UE

Los futuros coches tendrán que construirse con un 25% de plástico reciclado. La UE admite un coste global de 66 euros por vehículo.

Los futuros coches tendrán que construirse con un 25% de plástico reciclado. La UE admite un coste global de 66 euros por vehículo.
ACEA

La agenda verde europea también tiene en su punto de mira los residuos y ahora se ha propuesto reducir los que proceden de un sector muy concreto: el automovilístico. Con este fin, la Comisión Europea presentó la semana pasada una propuesta legislativa que quiere fusionar dos regulaciones: el reglamento de "vehículos al final de su vida" y otro que regula la recuperación y reciclaje de los vehículos de motor.

El nuevo reglamento de Vehículos al Final de su vida, que aún tiene una larga tramitación por delante, defiende que los coches para el desguace "no se procesan de una forma óptima", lo que acarrea "contaminación y pérdida de recursos". Señalan los legisladores que los nuevos coches son también más complejos en materiales difíciles de gestionar y de los que la UE depende de terceros países.

Con la nueva normativa, la UE se propone reducir esa "dependencia" recuperando más materiales "críticos", "descarbonizar" la producción y "proteger el medioambiente". Buscan cubrir "el ciclo completo" de la vida del vehículo, en el vertedero y también en las fábricas. Señalan que es uno de los sectores industriales que más recursos consume y ponen de ejemplo algunos de esos materiales de los que es el consumidor "número uno": tierras raras, de las que señala que su uso está creciendo "exponencialmente" y que supondrá un 30% en 2025; aluminio (42%), magnesio (44%) y metales del grupo del platino (63%).

Entre las novedades de este futuro reglamento está que afectará no sólo a los coches sino a camiones, motos y autobuses. Señala la Comisión que hasta ahora, las normas sobre este tipo de vehículos solo afectaban a un tercio del total. Otra novedad es la relacionada con el diseño: se establecerá que los vehículos sean de fácil desmontaje: los fabricantes, señala, tendrán que dar "instrucciones detalladas" sobre cómo reemplazar y quitar partes y componentes del coche.

También se abre la puerta a fijar objetivos concretos de reciclaje y de uso de material reciclado entre 2025 y 2028, que serían implementados de forma plena en la década de los treinta. Para el plástico, la UE decreta que el 25% del que se utilice en un vehículo nuevo sea reciclado y que después, se recicle de forma obligatoria un 30% del plástico que se utilizó para construirlo. No hay cuotas para otros materiales de momento pero podrían establecerse si se consideraran viables. Citan como ejemplo el acero, el aluminio, el magnesio y tierras raras como el neodimio, el praseodimio o el terbio.

Además decreta la cooperación entre la industria del automóvil y la del reciclaje, con la posibilidad de que los fabricantes tengan que pagar por "los costes de reciclado que no pueden cubrir" las empresas de reciclaje.

La UE augura para este sector un desarrollo meteórico en los próximos años. Vaticina que se crearán 22.000 nuevos trabajos relacionados con el reciclaje en los próximos años y que se reutilizarán 5,4 millones de toneladas de material procedente de vehículos, entre los que destaca el plástico, acero, aluminio y materiales críticos. Entre ellos destacarían las tierras raras: 350 toneladas de estos valiosos materiales de los que la UE depende casi al cien por cien de China serían "recuperados para su reutilización y reciclaje".

"Preocupación" en la industria

La industria no es, sin embargo, tan optimista y observa con prevención este nuevo paquete legislativo. ACEA, la asociación que representa a los 14 principales fabricantes europeos (entre ellos Renault, BMW y Volkswagen) emitió en respuesta una nota en la que se declaran "preocupados" ante la posibilidad de que el futuro reglamento "duplique o complique las reglas ya existentes" y las prácticas actuales "de diseño sostenible" ya adoptadas en las plantas.

Los fabricantes defienden que ya son ejemplo de "economía circular" y de prácticas "sostenibles" y que están "comprometidos" con ese objetivo. Ante la nueva propuesta europea, señalan que la prioridad debería ser crear "un marco regulatorio ambiental coherente" que permita a los fabricantes crecer en inversiones para "la circularidad de los vehículos" y no marcarse objetivos concretos de reciclaje.

Según la directora general de ACEA, Sigrid de Vries, no se han examinado "de forma suficiente" las implicaciones tecnológicas y los equilibrios entre oferta y demanda de materiales reciclados en los "ambiciosos" objetivos que se plantean. Señala que los vehículos son uno "de los productos de diseño más complejo en el mercado" y, avisa ACEA, "aún no hay tecnologías de reciclaje lo suficientemente desarrolladas para algunos materiales". "Esto es particularmente cierto para la creciente oferta de vehículos inteligentes y verdes", apuntan, poniendo como ejemplo el uso de la fibra de carbono, que reduce la huella de carbono y el consumo de energía pero cuyo reciclaje aún resulta un reto.

¿Cuánto nos costará?

En cuanto a las consecuencias para el consumidor de este nuevo reglamento, la UE ya admite que encarecerá los precios,. Globalmente, las medidas tendrán un impacto de 66 euros por vehículo nuevo en 2035.

En concreto, la UE estima que para los "fabricantes de coches", habrá un coste de 39 euros por vehículo, "principalmente relacionados con el incremento del uso de plástico reciclado" y otras medidas relacionadas con la producción sostenible. Afirman, no obstante, que la propuesta permitirá ahorrar energía, disminuir la dependencia de terceros países y asegurarnos de que "la transición al vehículo electrificado se basa en modelos sostenibles y circulares".

Los consumidores, admite la UE, se enfrentarán a un incremento equivalente en los precios, de "aproximadamente 39 euros por vehículo". Además, apuntan que si venden un coche de segunda mano, obtendrán doce euros menos. La razón, que el nuevo reglamento quiere limitar las exportaciones de coches a otros países de vehículos en mal estado y vaticina un aumento del parque de vehículos de ocasión.

La UE también apunta que habrá "costes importantes" para el sector de los residuos por la necesidad de invertir en nuevas tecnologías aunque augura que el proceso "fortalecerá y modernizará" esta industria en Europa. Por otro lado, el aumento de burocracia destinado al control de exportaciones y localización de vehículos a final de su vida que actualmente "desaparecen" del sistema, entre otras medidas, supondrá un coste de dos euros por coche en los estados miembro.

Frente a estas cifras, la UE afirma que la normativa generará un ahorro de 2.800 millones en materias primas y 1.800 millones de euros de ingresos en 2035 relacionados con la industria de la gestión de desechos.

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