Ahora que acaba de terminar la legislatura, tras las elecciones generales del pasado 23 de julio, es hora de hacer balance. Y el resultado económico que deja en herencia el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos es el peor de Europa, a la vista de los indicadores que recoge un reciente informe de la consultora Freemarket.
A pesar de que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, afirmó durante la campaña que la economía española iba "como una moto", la comparativa con el resto de socios comunitarios no resiste el más mínimo análisis durante este período. Y, además no hay excusas, puesto que todos los países, en mayor o menor medida, han sido golpeados por elementos exógenos como la pandemia, en 2020, o la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en 2022.
Es decir, todas las economías de la UE y la OCDE se han enfrentado a idénticas dificultades, pero su evolución, sin embargo, ha sido muy diferente. Tanto es así que la economía española lo ha hecho peor que el promedio de países ricos y comunitarios en casi todos los indicadores económicos relevantes.
El PIB real de España, una vez descontada la inflación, es el que menos ha crecido de Europa entre 2019 y 2022, con apenas una media del 0,4%, muy por debajo del promedio de la Eurozona y de la UE-27. Así pues, la economía española se ha mantenido prácticamente estancada bajo el mandato de Sánchez.
Y lo mismo sucede con el PIB per cápita, cuya variación en términos reales, se hundió un 6,6% desde 2019, la mayor caída de Europa.
A este empobrecimiento se suma, además, la tasa de paro más alta de la UE, próxima al 13%, duplicando la media comunitaria. Aunque lo más preocupante es que el diferencial negativo respecto a Europa ha crecido desde los 6,3 puntos en 2019 hasta los 7 en 2022. En materia de desempleo, lejos de converger, la distancia con la UE se ha ampliado.
Menos crecimiento y más paro se han traducido también en más pobreza. El indicador de Carencia Material Severa, que en 2019 alcanzó su mínimo de los últimos años, se ha disparado en más de 3 puntos desde entonces, por encima del 8%, superando incluso el máximo registrado en 2014, durante la Gran Recesión.
Una situación que, por si fuera poco, se ha visto agravada por el problema de la inflación. Y es que el IPC acumulado entre mayo de 2018 y mayo de 2023 asciende al 15%, mientras que el aumento de precios en alimentos y bebidas no alcohólicas supera el 30% durante este mismo período.
En definitiva, la economía española ha registrado el peor crecimiento de Europa durante la pasada legislatura y el mayor empobrecimiento, liderando, además, la tasa de paro, dejando con ello una herencia económica envenenada al conjunto de los españoles.