Los datos correspondientes al primer semestre del año permiten analizar la evolución que han registrado las cuentas públicas bajo el Gobierno de Pedro Sánchez respecto a los niveles pre-pandemia.
El déficit del conjunto de las administraciones públicas españolas -excluyendo las locales- alcanzó en el primer semestre los 30.571 millones de euros, un 5,3% menos que en el mismo periodo de 2022 y una cifra equivalente al 2,17 % del PIB.
El agujero fiscal se mantiene, pues, prácticamente intacto en el último año, a pesar de que los ingresos aumentan a un ritmo del 9% interanual, registrando nuevos máximos históricos, hasta superar los 270.000 millones en junio. Pero es que el gasto también crece a un ritmo similar, cerca del 7%, superando los 300.000 millones.
El problema es que el el sector público no ha dejado de pisar el acelerador de los impuestos y del gasto bajo el mandato de Sánchez, con o sin pandemia de por medio. Si se compara el primer semestre de 2023 respecto al mismo período de 2019, los números arrojan las siguientes conclusiones:
- Los ingresos han crecido en unos 58.000 millones, un 27% más
- La recaudación de impuestos ha subido en 31.500 millones, un 29%
- Y las cotizaciones en casi 18.000, un 24%
- Los gastos, por su parte, se disparan en más de 62.000, un 26%
- Los sueldos públicos crecen un 22%
- Las prestaciones, incluyendo pensiones, un 29%
- Y las subvenciones casi un 64%
- Como resultado, el déficit sube en 3.500 millones de euros, un 13% más, y se mantiene intacto en el 2,17% del PIB
La recaudación crece a ritmo récord, sí, pero también el gasto público. En la actualidad, el conjunto de la Administración, excluyendo entidades locales, ingresa y gasta casi un 30% más que justo antes de la pandemia.