Cada una de las nueve compañías más valiosas del mundo tiene una capitalización bursátil superior a la de todo el Ibex 35. Y en el sector tecnológico, las empresas españolas ni están ni se las espera: sólo hay una entre las 500 más grandes del mundo.
Los dos titulares con los que arrancamos este texto suenan muy duro. Pero son tan reales como previsibles. E incluso, podríamos decir que buscados. Desde hace años, el discurso político y mediático en España castiga a las grandes empresas. Son una herramienta para el mal, nos dicen, una fuente de desigualdad, explotación laboral, contaminación... No importa si es cierto o no. La realidad es que apenas hay figuras públicas en España que hablen bien de las multinacionales o las empresas exitosas.
Por eso, debería alegrarnos que haya tan pocas. A Nuria Richart y Domingo Soriano no les gusta. Ellos querrían que hubiera más, que Inditex no fuera un caso aislado. Pero son casi los únicos que defienden que eso sería: (1) un indicador de una economía pujante y en crecimiento; y (2) una fuente de bienestar y prosperidad, para sus trabajadores (pagan más) y para sus proveedores y clientes.
Esta semana, en La Pizarra de Domingo Soriano, echamos un vistazo a las estadísticas sobre las grandes empresas españolas.