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Así viven los palestinos de Gaza bajo la dictadura de Hamás: violencia, miseria y represión

La Franja de Gaza es una de las zonas más pobres y reprimidas del mundo desde que Hamás se hizo con el poder en 2007.

La Franja de Gaza es una de las zonas más pobres y reprimidas del mundo desde que Hamás se hizo con el poder en 2007.
Cordon Press

Gaza es una de las zonas más pobres, violentas y reprimidas del mundo. Tiene una superficie de apenas 360 kilómetros cuadrados y está habitada por 2,1 millones de palestinos, siendo así uno de los territorios con mayor densidad poblacional del planeta, con más de 4.700 habitantes por Km cuadrado.

Israel abandonó Gaza en 2005 como consecuencia del llamado Plan de Desconexión elaborado por el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, y que supuso el repliegue de al menos 7.000 colonos israelíes que vivían en asentamientos ubicados en la Franja.

Un año después, Hamás se hizo con el poder tras presentarse y ganar en las elecciones parlamentarias para la Autoridad Nacional Palestina, acabando con la hegemonía política que había ejercido Al Fatah en el seno de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) desde 1969.

Esa victoria abrió un profundo y tenso cisma entre ambas organizaciones, que desde sus inicios compiten por el poder en Palestina, hasta el punto de enfrentarse abiertamente en un conflicto armado. Finalmente, en 2007 la organización terrorista Hamás se hizo con el control de Gaza, tras expulsar a las fuerzas de Al Fatah, que mantienen su dominio en la vecina Cisjordania. Desde entonces, estas dos facciones viven enfrentadas, alternando períodos de violencia e intentos de reconciliación.

Los palestinos de Gaza no han vuelto a votar en elecciones legislativas desde 2006, encadenando ya casi 20 años bajo la férrea dictadura de Hamás que, entre otras cosas, se ha caracterizado por la violencia, la miseria y la represión. Su gobierno podría haber centrado sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida de la población y ofrecer una alternativa mínimamente decente al ya tradicional régimen de corrupción e ineficiencia de Al Fatah, pero nada de eso ha pasado.

Su principal objetivo no es otro que acabar con Israel. Desde que gobierna en Gaza lo intentó, primero, mediante el constante lanzamiento de cohetes; después mediante la construcción de túneles para facilitar la entrada de terroristas para cometer todo tipo de atentados; luego empujando a los habitantes de Gaza hacia las vallas fronterizas para, igualmente, introducir unidades armadas en territorio israelí para seguir sembrando el terror; y, finalmente, con la ofensiva protagonizada el pasado fin de semana, la más grave que sufre Israel desde los años 70, dejando tras de sí más de 700 muertos y 2.000 heridos.

La misión de Hamás

No es de extrañar si se tiene en cuenta la naturaleza de esta organización. Hamás, que significa Movimiento de Resistencia Islámico, nace a finales de los años 80 fruto de una escisión de la rama palestina de los Hermanos Musulmanes. Es calificado como organización terrorista por decenas de países y, entre otros, recibe apoyo directo de Qatar e Irán. Su carta fundacional establece claramente su finalidad, que no es otra que borrar del mapa a Israel:

Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el Islam lo aniquile, tal como aniquiló a otros antes que él […]

Nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria. Necesita todos los esfuerzos sinceros. Es un paso al que inevitablemente deberían seguir otros pasos. El Movimiento no es más que un escuadrón que debería ser apoyado por más y más escuadrones de este vasto mundo árabe e islámico, hasta que el enemigo sea vencido y la victoria de Alá sea realizada.

[El movimiento] se esfuerza por izar la bandera de Alá sobre cada centímetro de Palestina […]

El Movimiento de Resistencia Islámico es uno de los eslabones de la cadena de la lucha contra los invasores sionistas […] aspira a la realización de la promesa de Alá, no importa cuánto tiempo tome.

No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos. Hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: "¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!".

Las iniciativas y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales están en contradicción con los principios del Movimiento de Resistencia Islámica […]

No hay solución para la cuestión palestina excepto a través de la Jihad. Iniciativas, propuestas y conferencias internacionales son una pérdida de tiempo y esfuerzos. El pueblo palestino sabe que no debe consentir que se juegue con su futuro, sus derechos y su destino […] Ante la usurpación de Palestina por parte de los judíos, es obligatorio izar la bandera de la Jihad.

Pobreza y represión

Y dado que su misión es acabar con Israel, poco o nada importa el sufrimiento y las carencias que sufren los palestinos que viven en Gaza. Su renta per cápita es inferior a los 2.000 dólares al año, el desempleo ronda el 45% y casi dos tercios de la población padece una situación de pobreza extrema y depende directamente de la ayuda humanitaria internacional. Además, los cortes de agua y luz son constantes.

La economía de Gaza se ha quedado muy rezagada en comparación con Cisjordania desde que Hamás ostenta el poder, debido a los años de aislamiento y conflicto armado. Hoy es una de las zonas más pobres del mundo, pero también de las más reprimidas. Cuando Hamás se hizo con el control de la Franja, estableció un régimen dictatorial, sin elecciones ni división de poderes.

Hamás impuso la Ley Básica Palestina fundamentada en la sharía, al igual que la Autoridad Palestina, pero, en la práctica, la ha aplicado con mayor rigidez que Al Fatah en Cisjordania. "Los derechos políticos y las libertades civiles de los residentes de la Franja de Gaza están gravemente limitados", según el ránking de Libertad en el Mundo que elabora Freedom House. En concreto, Gaza saca una puntuación de 11 sobre 100 en derechos y libertades básicas; 3 sobre 40 en derechos políticos y 8 sobre 60 en libertades civiles.

Desde 2007, Gaza ha funcionado como un estado unipartidista de facto bajo el gobierno de Hamás y los repetidos aplazamientos de las elecciones han impedido cualquier oportunidad de cambiar el statu quo político. La Justicia está bajo el mando de Hamas y ejerce de forma arbitraria. La corrupción es generalizada en la prestación de servicios y el reparto de ayuda y goza de total impunidad. La falta de transparencia en el gobierno es total.

No hay libertad de prensa ni de expresión. Los periodistas críticos y las voces disidentes son perseguidos por el régimen islámico. La educación sigue las directrices de Hamás y adoctrina a niños y jóvenes en la guerra santa contra Israel. Mujeres y homosexuales sufren una discriminación generalizada.

Curiosamente, la atención mediática internacional se centra en el conflicto armado entre Gaza e Israel, sin explicar que el gobierno de Hamas no ha dejado de atacar a sus vecinos, al tiempo que mantiene a su población bajo un régimen de pobreza y opresión.

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