La subida de tipos pasa factura y aviva los vientos de recesión en Europa

La subida de los tipos de interés para tratar de contener la inflación comienza a pasar factura a la economía europea. Tras diez subidas consecutivas, desde julio de 2022, el Banco Central Europeo (BCE) optó la semana pasada por mantener el precio del dinero en el 4,5%, después de que la inflación en la zona euro bajara al 4,3% en septiembre, casi un punto menos que en agosto.

Pero todo apunta a que los tipos se mantendrán altos a corto y medio plazo, sin posibilidad de recorte hasta bien entrado 2024, como mínimo, ya que existen tensiones inflacionistas en el horizonte, como el encarecimiento de la energía, debido al creciente contexto de inestabilidad geopolítica tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. No en vano, el precio del petróleo Brent ronda los 90 dólares por barril y acumula un repunte próximo al 20% desde finales de junio.

La cuestión es que la subida de tipos ya se empieza a reflejar en un claro enfriamiento económico. El PIB de la UE se mantuvo estancado en el segundo trimestre, mientras que la eurozona avanzó un 0,2%, según los últimos datos publicados por Eurostat. Además, si se analiza por países, se observa que al menos once economías europeas registraron tasas negativas y otras seis se mantuvieron estancadas, de modo que media Europa estaba ya en contracción o sin crecimiento alguno a mediados de año.

Y las previsiones para el segundo semestre, lejos de mejorar, empeoran, a la vista de diferentes indicadores. La actividad de la zona euro agudizó su contracción en octubre debido al deterioro de la demanda, según el índice PMI compuesto elaborado por S&P Global. En concreto, cayó de 47,2 puntos en septiembre a 46,5 en octubre, con lo que se consolida el quinto mes consecutivo por debajo de los 50 puntos que marcan el umbral entre contracción y crecimiento. Si se excluye la pandemia, se trata de la caída de actividad "más aguda desde marzo de 2013".

"En la zona euro, las cosas van de mal en peor. En general, esto sugiere que habrá otro trimestre débil. No nos sorprendería observar una recesión leve en la zona euro en el segundo semestre de este año", según el economista jefe de HCOB, Cyrus de la Rubia. El PMI compuesto indica que Francia, Alemania e Italia están en contracción económica, al tiempo que la economía española se frena de forma sustancial.

Asimismo, el BCE informó de que las principales empresas de la zona del euro también observan una contracción de su producción en el tercer y el cuarto trimestre del año. Son "bastante pesimistas respecto a las perspectivas para lo que queda de 2023 y, en algunos casos, para el 2024" por la caída de los ingresos reales debido a la inflación y la subida de los tipos de interés.

Destaca el caso de Alemania, puesto que su economía, la mayor de Europa, se contrajo en el tercer trimestre. El PIB germano registró una contracción del 0,1% entre julio y septiembre, después de la expansión del 0,1% del segundo trimestre, cuya lectura ha sido revisada una décima al alza por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

Varios factores frenan la economía germana, como la debilidad de la demanda exterior de productos industriales y el aumento de los costes de financiación, que reducen las inversiones, lo que a su vez reduce la demanda interna en la industria y en el sector de la construcción.

La economía española se enfría

Por último, aunque la economía española creció un 0,3% en el tercer trimestre, según los datos de contabilidad nacional publicados el pasado viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), también muestra síntomas de enfriamiento.

Creció una décima menos que en el segundo trimestre por la caída de las exportaciones, que bajaron un 4%, tras descender otro 3,3% en el segundo trimestre. Por sectores, crecen los servicios (0,9%), mientras que baja especialmente agricultura (-3,4%), seguida de industria y construcción, en ambos casos un 0,6%.

Pese a este parón, todo apunta a que la economía nacional crecerá un 2% e incluso algo por encima en el presente año, pero se empiezan a suceder las previsiones a la baja para 2024. Funcas, por ejemplo estima que el crecimiento se frene al 1,5% en 2024 (una décima menos de lo anteriormente calculado), en un contexto de debilitamiento de los mercados de exportación y de tipos de interés altos.