Nueva vuelta de tuerca en el ecologismo imperante en la UE: el Consejo y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo provisional sobre el reglamento de productos de construcción (CPR). El objetivo: acelerar "las transiciones ecológicas y digitales en el sector de la construcción". Y, para ello, el reglamento establecerá "normas armonizadas de la UE para los productos de construcción y eliminará los obstáculos a su libre circulación en el mercado, reducirá la carga administrativa (a través de soluciones digitales) y garantizará que estos productos estén en línea con los principios de la economía circular y las nuevas tecnologías de construcción". Y, como medida de presión, la Comisión podrá exigir estos criterios en las concesiones públicas.
El acuerdo provisional "tiene en cuenta el desarrollo de tecnologías, prevé la creación de un pasaporte digital de productos de construcción y establece el empoderamiento para futuros procedimientos para la contratación pública ecológica de productos de construcción", señala la comunicación oficial de la UE. Traducido: nueva vuelta de tuerca para imponer el ecologismo en la construcción.
El acuerdo político alcanzado, de hecho, "equipará a los constructores para que sean actores clave de las transiciones verdes y digitales. Los productos de construcción del futuro requerirán la extracción de menos recursos y generarán menos contaminación y menos residuos, por lo que los edificios no solo nos protegerán de las condiciones climáticas extremas, sino que también ayudarán a combatir el cambio climático", dice la Comisión Europea.
El acuerdo provisional incluye los siguientes puntos. Para empezar, las nuevas normas serán legalmente obligatorias para todos los estados. "Con el fin de abordar los retrasos duraderos en el proceso de normalización y aumentar las posibilidades de la Comisión de actuar en caso de que haya un problema, el Consejo y el Parlamento acordaron una solución alternativa, en la que, en condiciones específicas, la Comisión pueda adoptar especificaciones técnicas armonizadas por su cuenta, a través de actos de ejecución". Manda la UE.
Además, se crea el "pasaporte digital para productos de construcción": el acuerdo prevé la creación de un sistema de pasaporte digital de productos de construcción, similar a los propuestos en el reglamento de diseño ecológico. La Comisión estará facultada para definir los usos y requisitos de este sistema de pasaportes de productos mediante actos delegados.
Y, por último, se impone la "contratación pública ecológica": de acuerdo con el texto, la Comisión estará facultada para "establecer requisitos mínimos obligatorios de sostenibilidad ambiental a través de actos delegados para la contratación pública de productos de construcción, para incentivar la oferta y la demanda de productos ambientalmente sostenibles".
Estas normas podrán, además, aplicarse a "cualquier contrato que contenga productos de construcción, incluidos los contratos de obras de construcción, en los que los Estados miembros quieran introducir requisitos medioambientales para estos productos".